Un anafe ¿es un método de cocción seguro y sustentable?

«Más de 6000 salteños accedieron a un método de cocción seguro y sustentable». Este insólito y engañoso titular corresponde a una información difundida hoy a los medios de comunicación de forma oficial por el gobierno de Salta.

La noticia parece a primera vista relacionada con el descubrimiento de algún proceso molecular hasta ahora desconocido para llevar a cabo la operación culinaria de la cocción de alimentos.

Pero no. El despacho alude a la entrega por el gobierno (o a la venta en cuotas, mejor dicho) de los anafes eléctricos, a aquellas personas que padecen la falta de disponibilidad de gas natural o envasado.

Llamar «método de cocción» a un proyecto de cocina eléctrica equivale a llamar «método excretor» a un inodoro.

En materia de cocción de alimentos, tampoco es apropiado hablar de «método», ya que es más preciso referirse a «formas» o a «técnicas».

Según el Diccionario, «cocer» significa hacer comestible un alimento crudo sometiéndolo a ebullición o a la acción del vapor. Sin embargo, hay otras formar de cocción que no necesariamente requieren de un medio acuoso, como la cocción en medio graso, la cocción en medio aéreo o la cocción al vacío. Algunos incluyen también la cocción por vibración molecular de sólidos y líquidos, que se consigue por radiación electromagnética de ondas muy cortas, aunque esto parece estar en discusión.

Es, por tanto, lógico suponer que un simple anafe -igual que una gran cocina- es solo un aparato que se utilizan para generar calor y no «métodos de cocción», como equivocadamente sostiene (nada menos que) el Ministerio de Ambiente y Producción Sustentable del gobierno de Salta.

Seguridad y sostenibilidad

Un anafe, como cualquier aparato eléctrico capaz de consumir una potencia superior a los 2000 vatios, pone a prueba la seguridad de cualquier instalación doméstica; puede causar serios problemas eléctricos en viviendas con instalaciones deficientes (que no son raras en Salta) y provocar graves quemaduras, ya que -a diferencia de la llama de una cocina a gas- las placas de los anafes (que permanecen muy calientes aun después de desconectados de la corriente) carecen de un indicador visual de la presencia de una fuente de calor.

Por último, en cuanto a la sostenibilidad, no existe en Salta una norma que regule ni clasifique los aparatos eléctricos en función de su eficiencia energética. Casi todo el mundo sabe que (dejando a un lado las cocinas solares, que se encuentran en fase de experimentación) las cocinas más eficientes desde el punto de vista energético son las que funcionan a gas (ese fluido que en Salta existe en abundancia pero que no llega a los consumidores domésticos o es muy caro); y que por debajo de las de gas se sitúan las cocinas de inducción, las vitrocerámicas y, por último, las de resistencia eléctrica (como los anafes que entrega el gobierno) que son las que más energía consumen y las que más dañan el medio ambiente.