
Según el Informe sobre el desarrollo mundial 2016: Dividendos digitales, los beneficios de la acelerada expansión de esas tecnologías han favorecido a las personas adineradas, calificadas e influyentes del mundo, que están en mejores condiciones de sacar provecho de ellas. Además, si bien el total de usuarios de Internet se ha triplicado con creces desde 2005, hay 4.000 millones de personas que todavía no tienen acceso a la red.
En un comunicado, el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, insistió en la necesidad de continuar conectando a todas las personas para que nadie quede a la zaga, porque la pérdida de oportunidades tiene un costo altísimo.
Añadió que para que los dividendos digitales puedan compartirse ampliamente entre todos los segmentos de la sociedad, los países también deben mejorar el clima de negocios, invertir en la educación y la salud de las personas, y promover el buen gobierno.
Por otro lado, el primer economista del Banco Mundial, Kaushik Basu, advirtió sobre la necesidad de que no se cree una nueva subclase social: “Dado que casi el 20 % de la población mundial no sabe leer ni escribir, es improbable que la expansión de las tecnologías digitales por si sola signifique el fin a la brecha de conocimientos que existe en el mundo”, apuntó.
Para que se pueda cumplir plenamente la promesa de desarrollo que encierra una nueva era digital, el Banco Mundial recomendó acortar la brecha haciendo que Internet sea universal, accesible, abierto y seguro; y reforzar las regulaciones que garantizan la competencia entre empresas, adaptar las habilidades de los trabajadores a las exigencias de la nueva economía, y promover instituciones responsables.
Fuente: Organización de las Naciones Unidas - en http://www.un.org/spanish/News/story.asp?newsID=34217#.VpeEw7bhCt8