Tras la celebración de una audiencia de mediación, las partes han alcanzado un acuerdo en que si bien Assennato afirma "mantener su postura en términos políticos" (en realidad sus insultos carecen de cualquier contenido político), reconoce estar arrepentido de haber grabado el vídeo injurioso y dice ahora que "no le consta nada" de lo que en la grabación dice en contra de Chibán.
Este último reconocimiento (el de la ausencia de cualquier convicción fundada en hechos concretos) es equivalente a una admisión implícita el animus injuriandi del que fuera director del Registro Civil de Salta durante uno de los gobiernos de Juan Manuel Urtubey.
Tal como había prometido Chibán en las redes sociales, las injurias de Assennato no iban a salirle gratis. Y no le salieron, puesto que uno de los acuerdos adoptados en el trámite de mediación dice que Assennato se compromete a pagar a Chibán la cantidad de 80.000 pesos "en concepto e indemnización de todo daño".
Esta última estipulación significa que Assennato no solo ha reconocido insultó a Chibán sin tener plena certeza de lo que estaba diciendo sino que también admite que su exabrupto ha causado un perjuicio al ofendido.
El acuerdo dice también que Assennato "ofrece disculpas al Dr. Héctor M. Chibán y a toda su familia", pero curiosamente en el acuerdo extendido por la mediadora no consta que Chibán (o su familia) hayan aceptado las disculpas ofrecidas por el injuriador.
El acuerdo compromete a Chibán a desistir de cualquier acción judicial futura contra Ass_ennato por los mismos hechos que han motivado la mediación, y este último autoriza al diputado a difundir el acuerdo conciliatorio en los medios de comunicación.
