
Como es sabido, la Iglesia local había anunciado la celebración de una Procesión «reducida» a altos dignatarios de la curia local y a funcionarios públicos, entre ellos, la Intendenta de Salta.
El anuncio de esta Procesión, en pleno pico de la pandemia de COVID-19 ha inquietado a muchas personas, entre autoridades y ciudadanos normales, que consideran que la Catedral debería cerrar sus puertas y que el rezo de la Novena del Milagro se debería hacer desde los propios hogares, sin presencia de fieles ni en santuario ni el centro de la ciudad.
Hace poco menos de una hora, la Intendenta Municipal ha publicado en las redes sociales un mensaje que dice: «No considero que el cargo para el cual fui electa me brinde un privilegio frente al resto de los vecinos. Al contrario, todos sin privilegios, este año rezaremos desde casa».
Si la señora Romero es coherente con lo que afirma en Twitter, en la próxima Procesión normal a la que deba asistir como Intendenta Municipal, en vez de caminar junto a clérigos y funcionarios, deberá mezclarse con «los vecinos», puesto que si opta por lo primero cualquiera puede interpretar que su cargo le proporciona «un privilegio» y rompe la teórica igualdad con sus queridos «vecinos».
Agradezco la invitación que me hizo llegar el Obispo de nuestra provincia con motivo de la procesion del Señor y la Virgen del Milagro, para el 15 de septiembre alrededor de la plaza de nuestra ciudad, pero lamentablemente no puedo aceptarla. ??❤️? #Salta
— Bettina Romero (@RomeroBettina) September 9, 2020
No considero que el cargo para el cual fui electa me brinde un privilegio frente al resto de los vecinos. Al contrario, todos sin privilegios, este año rezaremos desde casa.
— Bettina Romero (@RomeroBettina) September 9, 2020