Según Urtubey, Salta se gobierna mejor desde Buenos Aires, por WhatsApp

  • Consultado sobre sus prolongadas ausencias del territorio, el Gobernador de Salta ha deslizado que su Provincia se gobierna mejor desde la capital del país, 'con una buena señal de celular' y no visitando en carne mortal las polvorientas localidades del interior provincial que ha visitado ayer.
  • Reflexiones de un gobernador ausente sin aviso

En una entrevista concedida a un programa de televisión de Salta, Urtubey ha reconocido que él «está más enterado de lo que sucede en Salta cuando está en Buenos Aires», porque en la gran capital nacional circula una información que no circula en su Provincia.


Evidentemente, con esa forma de razonar, Urtubey le sacaría brillo a su mal ejercido cargo de Gobernador de Salta si, en lugar de instalarse en Buenos Aires, lo hiciera en París, en Nueva York o en Londres, lugares en donde las redes de comunicación móviles son muchísimo más eficientes y desde las que se accede a mucha mejor información y más actualizada sobre Salta.

El problema no es, desde luego, que Buenos Aires tenga «mejor señal de celular que Salta», ni tampoco que en Buenos Aires circule mejor información sobre Salta que en la misma Salta. El problema es que en Salta no haya buenas redes de comunicaciones digitales y que la información libre sea un lujo. ¿Es que además de pobres somos unos gauchos mal informados y peor comunicados?

El culpable de las dos cosas, por supuesto, es Urtubey, ya que durante doce años se ha esmerado en imponer multas a las empresas de telefonía celular por incumplimientos contractuales de menor entidad, pero jamás se ha preocupado de la calidad de sus redes, nunca ha hecho esfuerzos porque la tecnología se difunda horizontalmente sobre el territorio y asegure la igualdad de acceso de todos, jamás ha sentido empatía por los cientos de miles de usuarios salteños maltratados por empresas que prestan servicios auténticamente tercermundistas y explotan aquí tecnologías abandonadas en otros lugares. Y también porque en doce años, él como Gobernador se ha ocupado de destruir cuanto canal de expresión libre hubiera en Salta, comprando y vendiendo a opinadores y a comunicadores, e infectando sus medios con el virus letal de la publicidad oficial.

Así cualquiera gobierna mejor desde Buenos Aires.

Si gobernar Salta consistiera en firmar decretos de forma digital desde otros lugares, mañana mismo sería inútil elegir a un Gobernador, pues bastaría que una máquina hiciera el trabajo.

El caso es que la ausencia del Gobernador del territorio que lo ha elegido ha abierto un socavón debajo de sus pies. Sus funcionarios, que nunca han estado bien coordinados, ni siquiera cuando Urtubey se dejaba caer por Salta, hoy funcionan como una olla de grillos: cada uno por su lado y que Dios los ayude. Los ciudadanos no saben bien a dónde tienen que quejarse, quién es el que pone la cara por los errores y las meteduras de pata de un gobierno sin cabeza.

Pero la peor contradicción de todas es esta: mientras Urtubey insinúa que gobernar la Provincia de Salta es como un videojuego a distancia, y que las buenas decisiones se adoptan lejos de Salta, suele en privado despreciar las críticas que le son dirigidas desde el extranjero, con el argumento de «ese opina desde la comodidad de Europa, gana en euros y está muy lejos de la realidad de Salta».

¿Y por casa, cómo andamos, Gobernador?