¿Qué cosa exactamente es un ‘revés’ judicial?

  • Si formulásemos esta pregunta a jugadores de la talla de Roger Federer, Stan Wawrinka, Grigor Dimitrov, Stefanos Tsitsipas o Richard Gasquet, la respuesta sería muy clara y no dejaría lugar a dudas.
  • Al derecho y al revés

Pero al mismo tiempo que se puede definir el «revés judicial» como el golpe que se da a la bola cuando esta viene por el lado contrario a la mano que empuña la raqueta, habría que admitir inmediatamente la existencia de un «drive judicial» o de un «smash judicial», siempre a condición de que quien los pegue sea un magistrado investido del poder de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.


Ahora bien; si entendemos por «revés» algún infortunio, desgracia o contratiempo, no parece lógico ni razonable limitar el concepto de «revés judicial» al que padecen aquellos justiciables a los que el tribunal ha quitado la razón y ha rechazado sus pretensiones.

Por «revés judicial» se debe entender también la desgracia de la falta de independencia judicial, el infortunio de la falta de formación adecuada de los jueces y juezas, y el contratiempo de su mutable y oscilante sentido de la legalidad y la justicia.

Nadie habla de «revés judicial», por ejemplo, cuando la Corte de Justicia de Salta echa mano de las acordadas para legislar sobre cualquier asunto que se le ocurra (habida cuenta de que tales normas son una desgracia para el conjunto de nuestras instituciones), ni cuando la Corte de Justicia de Tucumán declara -también mediante acordada- que garantizará el ingreso al Poder Judicial de al menos una persona transexual en cada convocatoria.

Revés judicial, lo que se dice revés, es tener una Corte de Justicia de amigos y compadres. No solamente porque esto es lo contrario a derecho, sino porque en sí mismo es una catástrofe.

En suma, que podemos hablar de «revés judicial» cada vez que los jueces poderosos nos dan un cachetazo, no solo en sentencias, sino también en acordadas, resoluciones, úkases, bandos, cédulas blandas y otros mandatos obligatorios que muchas veces se utilizan para escapar a la Ley y se erigen en atajos para evitar su aplicación.

En cualquier otro sitio del mundo, todas estas cosas estarían resumidas y englobadas en el amplio concepto de «injusticias», pero en Salta, como somos tan amantes del golpe contrario al drive, nos gusta hablar deportivamente de «reveses».

Pero nos olvidamos de una cosa: para que existan los reveses es también necesaria la existencia de los derechos. Y esto precisamente es lo que está faltando en el mundo judicial salteño en estos momentos.