La madre de Sabrina Berton lucha contra un monstruo llamado 'justicia salteña'

Roxana Belbruno, madre de Sabrina Berton, la joven de 17 años que fue asesinada el 14 de marzo de 2008 en pleno centro de Salta, cuando junto a un grupo de amigos acudía a presenciar un partido de fútbol, ha dirigido a los medios de comunicación una carta en la que critica con dureza a la justicia penal de Salta y denuncia el corporativismo y amiguismo de sus principales actores.

En diez párrafos agrupados bajo el título '¿Quién va a parar este absurdo?' la madre de la joven Berton cuestiona la calificación jurídica de los hechos que acabaron con la vida de su hija aquella fatídica tarde. Belbruno critica que la justicia de Salta haya calificado como homicidio culposo (cometido por simple negligencia o imprudencia) lo que ella considera que fue un crimen en toda regla, ya que la muerte fue provocada por el disparo de un arma de fuego alineada expresamente y colocada a solo 80 centímetros de la cabeza de la víctima.

A juicio de la madre de Sabrina, la calificación errónea sienta «un precedente jurisprudencial inaceptable, absurdo y antijurídico», que beneficiará a futuros asesinos, que podrían utilizar este criterio para lograr su rápida excarcelación y eludir las penas más graves.

Dice Belbruno en su carta que, «ciertos actores de la justicia salteña han mantenido decisiones absurdas cuya raíz solo puede explicarse por amiguismo corporativista».

Belbruno habla de un pacto de amiguismo para sostener la que a su juicio es «una postura vergonzosa y absurda»: considerar homicidio culposa a un crimen; es decir, «a una acción claramente dolosa por la portación, uso y abuso en la vía pública de un arma de fuego de procedencia ilegal, por individuos que no acreditan permiso para ello».

«Hace más de 6 años que nos agravian como víctimas, despreciando e insultando la inteligencia que podríamos tener», dice la madre de Sabrina Berton. Añade que se ha intentado convencer a la familia de la posibilidad de cambiar la calificación de los hechos durante el juicio, algo que consideran ya imposible por la competencia material del tribunal que juzgará el hecho, ya que este tribunal solo se ocupa del juzgamiento de los delitos de menor entidad.

Han querido alentarnos «a pensar que podemos comprar carne en una panadería», dice Belbruno en su carta.

Graves acusaciones

Belbruno dice que a pesar de que los peritajes balísticos y criminalísticos del CIF demuestran que no pudo ser un accidente y a pesar de la labor de la Fiscalía para hacer entender la realidad del hecho, se les ha denegado sistemáticamente la recalificación jurídica durante la etapa de instrucción.

«Se han cometido actos de prejuzgamiento, de parcialidad, dilaciones, fraude de ante data, ocultación y desestimación de pruebas realmente valiosas y pertinentes», dice Belbruno. Se ha forzado una «realidad virtual» desde el principio... todo por amiguismo, por «lealtad», no hacia la Justicia sino hacia el corporativismo, añade.

«Amiguismo que pago con mi salud, mi impotencia, el llanto, con un costo económico oneroso que ha logrado revertir la injusta situación en la que vamos a juicio. Lucho contra un monstruo, un muro llamado justicia salteña», se lamenta Belbruno.

Para finalizar, la madre de Sabrina Berton se pregunta: ¿Quién va perder más? ¿La causa o la credibilidad de todos en la justicia salteña?

El documento lleva la firma de Roxana Belbruno y de su esposo, Serge Goujon.