Fabián Vittar, nuevo director académico de la Escuela de la Magistratura de Salta

  • El señor Fabián Vittar Delgado, juez de la Corte de Justicia de Salta, que también desmpeña de forma dudosamente constitucional el cargo de ‘presidente suplente’ del Consejo de la Magistratura, ha sido designado hoy nuevo director académico de la Escuela de la Magistratura del Poder Judicial, que como es fácilmente comprensible, no es una institución autónoma sino que depende de la Corte de Justicia provincial.
  • Otro enroque en el Poder Judicial

Según la información oficial del servicio de prensa del Poder Judicial salteño, Vittar (eterno suplente) completará el periodo que vence el 10 de diciembre de 2019 y para el que fuera designada originalmente su colega de tribunal, señora Sandra Bonari.


Dice la misma información que Bonari tuvo que dimitir como directora académica «en razón de la multiplicidad de tareas encomendadas por el Alto Tribunal», entre las que se incluyen ir a tomar examen a psicólogos y asistentes sociales en la ciudad de Orán.

El Poder Judicial recuerda que Bonari supervisa la Oficina de Violencia Familiar y de Género, es también responsable de la Oficina de la Mujer de la Corte de Justicia y recientemente asumió la presidencia del Consejo de la Magistratura, cargo para el cual cuenta como fiel escudero al propio señor Vittar.

En suma, otro «enroque», esta vez corto.

Solo faltó decir que Bonari supervisa también la sala de lactancia del Poder Judicial y organiza la distribución, en juzgados y tribunales, de la ración diaria de mate cocido con bollo. Si así fuera, inmediatamente la Corte debería proveerle a la laboriosa magistrada de un «responsable suplente» para que se haga cargo de tan importantes cometidos.

La información del Poder Judicial recuerda que el cargo de vicedirectora académica de la Escuela de la Magistratura de Salta es desempeñado por la señora Teresa Ovejero, quien curiosamente carece de antecedentes académicos, pero que aun así, ha conseguido reemplazar en el cargo al dimitido juez Abel Cornejo, uno de los protagonistas del otro «enroque» que ha agitado -¡y cómo!- las aguas en el Poder Judicial salteño.