Una jueza de Salta envía a prisión a un hombre por quitarse el brazalete electrónico

  • La jueza señora María Victoria Montoya Quiroga, integrante de la Sala II del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta, ha resuelto el ingreso en prisión del ciudadano Héctor Andrés Aguirre (21), que venía cumpliendo en libertad una pena de dos años de prisión en suspenso.
  • Ingreso efectivo en prisión

En su momento, el tribunal juzgador declaró a Aguirre culpable de varios delitos de lesiones leves agravadas por la relación preexistente y por el género y otros de desobediencia judicial, y le impuso una serie de reglas de conducta que el condenado no cumplió, según informa hoy el portavoz de prensa del Poder Judicial de Salta.


En consecuencia, la jueza ha procedido a revocar la ejecución condicional de la condena y ha acordado el ingreso efectivo en prisión del reo, que fue condenado el pasado 19 de febrero.

Según la información oficial, la sentencia condenatoria impuso Aguirre la obligación de cumplir con una serie de reglas de conducta y someterse a control mediante el dispositivo de pulsera electrónica, con apercibimiento de ingreso efectivo en prisión en casi de incumplimiento.

De acuerdo a los informes enviados al Juzgado por el Programa SUMA, el condenado cambió de domicilio sin informar al tribunal, aun cuando se le comunicó que debía cumplir con esa obligación. Por otra parte -dice el tribunal- el domicilio al cual se mudó no puede ser admitido ya que se encuentra a menos de 1500 metros del de la víctima.

Por otro lado, consta acreditado Aguirre se quitó dos veces la pulsera electrónica que debía usar durante tres años, ejerciendo para ello considerable fuerza física. Para el tribunal, esta situación ha dejado en evidencia la resistencia del condenado a someterse al control y vigilancia durante el periodo señalado en la sentencia.

Aguirre finalmente tampoco cumplió con la obligación de iniciar tratamiento psicológico y psiquiátrico. Además incumplió la orden de retomar sus estudios secundarios.

Para el tribunal, el condenado incurrió en otra violación grave de sus obligaciones al haber contactado con la víctima.