
La noticia no ha sorprendido a nadie, en buena parte porque el presidente de la empresa que se dedica a vigilar que los pozos no rebasen y de proveer de agua a los seres humanos en nuestra Provincia, en vez de atender a las obligaciones de su cargo, parece más pendiente de hacer circular un volante con su cara y la leyenda «Lucio “Pino” Paz Posse - Gobernador 2019 - Urtubey Presidente 2019 - #AlternativaFederal».
Por otro lado, algunos escépticos han dicho también que si la Plaza Gurruchaga se inunda hoy más que antes, después de que el intendente Sáenz se mandara allí una faraónica obra hídrica, era de suponer que los pozos de antediluviana empresa de aguas terminaran repletos y revueltos con dos gotas de agua que han caído.
El resultado de este entrevero entre líquido y sólido ha dado como resultado que por los grifos de la Ciudad Judicial circule una sospechosa agua marrón, similar a un jugo de medias.
Si bien la autoridad ha pedido a los sedientos justiciables que se abstengan de beber de los dispensers de los offices porque el líquido presenta «cierta turbiedad», lo cierto es que desde hace años las aguas bajan bastante turbias en la Ciudad Judicial, sin necesidad de que Paz Posse sea candidato o que los pozos se llenen.
Por esta razón -afirman los veteranos en el oficio- eso de que en las 48 las horas las aguas fluirán cristalinas por las cañerías es una metáfora.
Hace unos años, explotaron las cloacas de la novísima Ciudad Judicial y los sótanos se llenaron de caca y de pis. Tampoco en aquella ocasión los más viejos del lugar vieron nada para preocuparse. «Esto siempre huele mal, aunque no se desborden las cloacas», aseguran.