La emoción casi infantil de la primera reincidencia

  • La reincidencia penal no es un sacramento, pero para algunos -al parecer- es motivo de un discreto orgullo penitenciario.
  • Como la primera comunión

En una sencilla pero emotiva ceremonia revestidas de las formalidades de una audiencia de juicio abreviado, la Jueza de Garantías Nº 8 de la ciudad de Salta, señora Claudia Puertas, ha declarado reincidente por vez primera al ciudadano Nicolás Nolberto Navarro, de 25 años.


Navarro ha sido hallado por Puertas culpable de un delito de robo simple, pero como el autor declarado del delito tenía «antecedentes condenatorios», la señora Puertas lo ha declarado reincidente y le ha impuesto la pena de dos meses de prisión efectiva.

En consecuencia, el señor Navarro continuará detenido en la cárcel de la ciudad de Salta, de donde por suerte (para él) saldrá pronto, a menos que le haya tomado el gusto a esto de la reincidencia, en cuyo caso, una segunda o una tercera recaída en el delito puede devolverle al que hoy es su domicilio legal a todos los efectos.