Por extraño que parezca, esta es la decisión que ha adoptado la Jueza de Garantías Nº 7 de la ciudad de Salta, señora María Edith Rodríguez sobre el ciudadano José Esteban Mendieta (27), alias Pera.
Mendieta deberá cumplir en la cárcel un año y tres meses de prisión, de los cuales los tres meses corresponden a la condena que le ha impuesto la jueza Rodríguez por el hurto de un tensiómetro en un centro de salud de la ciudad de Salta, hecho ocurrido hace menos de tres meses.
La reincidencia de Pera ha hecho que Rodríguez deje sin efecto la ejecución condicional de una condena anterior y que el hombre sea retirado de la circulación por un buen tiempo.
Si bien no consta que en juicio penal que acabó con la condena de Pera se haya personado la Secretaría Tutelar, por las suyas la señora Rodríguez le ha recomendado al reo que siga sus estudios primarios inconclusos. Lo que haría cualquier buen padre de familia antes de mandar a su hijo remolón castigado a su cuarto sin cena.
El caso es que aunque los tensiómetros ya no tienen pera, al paciente homónimo se le ocurrió llevarse consigo uno que no le pertenecía.
Según el portavoz de prensa del Poder Judicial salteño, Pera requirió asistencia médica en un centro de salud de la ciudad, al que ingresó diciendo que estaba apuñalado (sic). Pero mientras la enfermera intentaba localizar el lugar donde tenía clavado el puñal, Pera se puso violento, le sustrajo el tensiómetro y emprendió a la huida, tal vez con un cuchillo colgando de su abdomen.
Por el resultado del juicio, se puede intuir que Pera no necesitaba el tensiómetro para ver si entraba o no en shock hipovolémico, sino para otros fines un poco menos trascendentes.