La jueza Mukdsi ordena reabrir la investigación del caso Peñalva - Nuesch

  • La reapertura de la investigación judicial es considerada como una conquista de la familia de Luján Peñalva, que disconforme con las resoluciones judiciales recaídas en el caso e indignada con la precipitada conclusión de suicidio efectuada por el gobernador Urtubey a pocas horas del hallazgo de los cuerpos, se empeñó en someter el asunto al estudio de expertos criminólgos norteamericanos que contradijeron las certezas que derivaron en el archivo del expediente.
  • Una noticia esperanzadora

La magistrada salteña señora Mónica Mukdsi, integrante de la Sexta Sala del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta, ha accedido a la petición del representante procesal de la familia Peñalva y acordado en consecuencia continuar con la investigación judicial de la muerte de las adolescentes Yanina Nuesch y Luján Peñalva, que en su día se archivó con una contundente declaración de suicidio.


El archivo fue ordenado hace cuatro años -el 6 de febrero de 2014- por el juez instructor y confirmado dos meses más tarde por la Primera Sala del Tribunal de Impugnación de la ciudad de Salta.

Mukdsi ha considerado que “el auto de archivo tiene el carácter de cosa juzgada formal, esto es, no reviste naturaleza definitiva sino provisoria, y ello no obsta a que pueda proseguirse con la investigación siempre que surjan nuevos elementos relevantes que permitan al menos la posibilidad de modificar aquella solución”.

Según la información oficial del portavoz de prensa del Poder Judicial salteño, la magistrada ha valorado las alegaciones de la fiscal penal en cuanto a que la mecánica de la muerte no se encuentra específicamente determinada, siendo varias las hipótesis posibles.

Si bien la representante del Ministerio Público descarta el homicidio, entiende que no existe certeza definitiva de lo ocurrido, «sino una mera probabilidad», contradiciendo el rotundo criterio del juez de instrucción, primero, y del Tribunal de Impugnación, después.

“Resulta ineludible, en este contexto, que el servicio de administración de justicia penal actualice su deber de investigación integral de los hechos y, de ese modo, esclarecer lo acontecido en relación a aspectos de la investigación que así lo ameriten y, por ende, intentar descartar o afirmar todas las hipótesis posibles de ocurrencia de los hechos”, escribe Mukdsi en su resolución.

En tal sentido, la magistrada ha accedido a que se realicen las nuevas diligencias que ha solicitado la familia y que apuntan a incorporar a la investigación diferentes elementos de prueba sobre el hecho, los cuales la jueza considera «pertinentes», aunque advierte que no se pronunciará sobre su utilidad y eficacia hasta que las pruebas se hayan efectivamente producido.

Mukdsi ha ordenado también la «indisponibilidad» de la totalidad de los bienes secuestrados en la causa, aunque, como denunció en su día la familia de Luján Peñalva, el deber de custodia de los elementos de convicción ha sido incumplido tanto por la Policía, los investigadores fiscales y la propia autoridad judicial, hasta el punto de que cuando le fueron requeridos para su estudio por peritos de parte, buena parte de la prueba material reunida en el expediente había desaparecido.

Finalmente, Mukdsi ha dispuesto dar intervención a la Unidad de Defensa Pública Nº 6, aun cuando en el sumario judicial no hay persona imputada alguna, “a los fines de garantizar el debido control de los actos procesales que se produzcan y en resguardo de la defensa en juicio”, según reza su resolución.

La reapertura de la investigación judicial es considerada como una conquista de la familia de Luján Peñalva, que disconforme con las resoluciones judiciales recaídas en el caso e indignada con la precipitada conclusión de suicidio efectuada por el gobernador Urtubey a pocas horas del hallazgo de los cuerpos, se empeñó en someter el asunto al estudio de expertos criminólgos norteamericanos que contradijeron las certezas que derivaron en el archivo del expediente.

Los cuerpos de Yanina Nuesch y Luján Peñalva fueron hallados colgados de un árbol, con la misma soga, en un descampado cercano al río Ancho, al sur de la ciudad de Salta, casi un año después de que en la Quebrada de San Lorenzo y con balazos en el cuerpo fueran halladas sin vida las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, cuyo crimen jamás fue esclarecido debidamente por la justicia salteña y que, a pesar de las evidencias y las denuncias internacionales, los jueces provinciales se resisten aún a seguir investigando para encontrar y encarcelar a los culpables.

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