
Reynoso, que ha sido señalado por los fiscales de la causa como el jefe del entramado criminal, había eludido una primera citación a declarar, pero no pudo hacer lo mismo con la segunda, después de que la Cámara Federal de Apelaciones de Salta desestimara la recusación que había formulado contra el Juez Federal subrogante Julio Leonardo Bavio.
Poco ha trascendido del contenido de la declaración defensiva de Reynoso. El propio magistrado se ha mostrado cauto a la salida del Juzgado y no ha dado demasiadas pistas sobre los argumentos de su defensa. Eso sí, se ha ratificado en su inocencia y ha pedido que se examinen todos los expedientes que ha tenido a su cargo (unos 30.000) y no solo unos pocos, como -según él- han hecho los fiscales que lo acusan y los medios que lo juzgan anticipadamente.
Finalizada la diligencia, los fiscales Villalba e Iglesias se mostraron convencidos de que la declaración del Juez Federal de Orán y los expedientes que aportó durante el acto no has sido suficientes para desligarlo de los hechos investigados. Reynoso dejó sobre la mesa del juez Bavio tres expedientes en los que supuestamente aparecen personas que pedían dinero en nombre de un fiscal y de un propio juez. Según Reynoso, esas personas fueron detenidas.
Será Bavio ahora quien deba resolver, en el plazo legalmente previsto, sobre la situación procesal de Reynoso. Por si acaso, éste ya presentó un hábeas corpus con objeto de evitar su detención, pero su inmunidad al arresto sigue vigente en los términos de la ley nacional que rige la materia.
Visiblemente demacrado, el juez Reynoso ha regresado a Orán, en donde en las próximas horas tomará a otros imputados la misma declaración indagatoria que debió prestar él ayer. Todo indica que a pesar de la seguridad de los fiscales en sus propios elementos de convicción, ni ellos ni el juez tienen todavía las cosas claras para solicitar la suspensión cautelar de Reynoso, quien sigue firme, a pesar de las dimensiones del escándalo público.