
El Partido Socialista Obrero Español recupera terreno respecto de las elecciones celebradas hace cuatro años y, notablemente, respecto a las elecciones europeas celebradas del año pasado. Si bien sus resultados están aún lejos de lo esperado por sus líderes, la formación que dirige el madrileño Pedro Sánchez ha sido la opción de izquierda más votada, con mucha distancia respecto de Podemos, el partido emergente que lidera el profesor Pablo Iglesias.
El PSOE, no obstante, retrocede en las grandes ciudades. Lo hace en Barcelona, en donde el PSC ha recibido un duro castigo por su adhesión al soberanismo nacionalista. En la ciudad condal, la vencedora de las elecciones ha sido Ada Colau, una activista de la plataforma antidesahucios, respaldada por Podemos. En la capital de España el triunfo ha sido para Esperanza Aguirre, candidata del PP, pero la exigua diferencia de votos y de concejales obtenidos hará que la Alcaldía quede en manos de la izquierda, por primera vez en un cuarto de siglo. Un pacto entre PSOE y Podemos dejaría la ciudad de Madrid en manos de la exjueza Manuela Carmena, de 71 años, apoyada por la formación de Pablo Iglesias.
En las autonomías, destaca el triunfo del PSOE en Extremadura, donde gobernaba el PP con el apoyo de Izquierda Unida. El candidato socialista Guillermo Fernández Vara, que ya gobernó entre 2007 y 2011, se convertirá nuevamente en presidente extremeño.
En la poderosa Comunidad de Madrid, el triunfo ha sido para la candidata popular Cristina Cifuentes, con un 33% de los votos. En segundo lugar se ha ubicado el PSOE con Ángel Gabilondo, catedrático de Filosofía y ex rector de la Universidad Autónoma de Madrid. Podemos, que participa por primera vez en unas elecciones autonómicas, se coloca tercero y Ciudadanos -la otra formación emergente- entra con fuerza en Asamblea al colocar 17 diputados. Una enventual alianza entre PSOE, Podemos y Ciudadanos podría arrebatar al PP el gobierno autonómico de Madrid.
El bipartidismo resiste, pero muy debilitado
El bipartidismo resiste, pero muy debilitado. Más debilitado que nunca. En las urnas municipales el PP y el PSOE apenas han superado el 50% de los votos; algo inaudito en anteriores comicios. Y mientras el PP pierde poder el PSOE recupera plazas, pero con necesidad de ayuda de terceros y siempre con la obligación de alcanzar pactos tripartitos y siempre complejos; en ocasiones como mero comparsa.Pero sin duda estos comicios confirman la irrupción de Podemos y sus marcas municipales en coalición con movimientos sociales por toda España. La impronta ha sido de tal calibre que esta formación, que renunció en su día a utilizar el nombre del partido en candidaturas municipales por temor a intrusismos fuera de control, puede colocar como alcaldesas de Madrid y de Barcelona a sus candidatas Manuela Carmena y Ada Colau, respectivamente. También en Zaragoza y Cádiz, entre otras ciudades.
Otra formación, Compromís, hasta este momento con un peso minoritario incluso en su ámbito, la Comunitat Valenciana, puede colocar a su candidato, Joan Ribó, en el sillón que ha ocupado durante 25 años la popular Rita Barberá. Además, estas formaciones progresistas pueden situar a los candidatos socialistas en las alcaldías de ciudades como Sevilla y Córdoba o feudos tradicionales del PP como Alicante o Valladolid, entre otros. Sin embargo, el PSOE no ha sido la segunda fuerza política en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza, un dato no menor de cara al futuro de esta formación política
El otro fenómeno electoral de la jornada o constituye Ciudadanos, un partido que hasta ahora no había salido de su reducto, Catalunya, donde lleva dos legislaturas como una formación muy menor. Sin embargo, en esta ocasión, con más de un millón de votos en apenas 1.000 candidaturas – hay 8.122 ayuntamientos – ha pasado de emergente a formación consolidada en el panorama político. Es más, en no pocos lugares sus regidores se convierten en un elemento clave para aguantar en el poder a un PP debilitado; o no.
Si el revolcón en el terreno municipal ha sido grande, en el marco de las comunidades autónomas ha sido descomunal.
La jornada electoral trae otras consecuencias. La primera de ellas es la laminación de UPyD, que desaparece de todas las instituciones, tanto ayuntamientos como en las comunidades autónomas donde tenía una representación. Ha pasado en poco más de cuatro años, sobre todo en el mismo ejercicio, de “emergente” a irrelevante. Otra consecuencia, dolorosa en el ámbito de la izquierda, son los pobres resultados de Izquierda Unida que queda muy marginada allí donde ha logrado representación, que son unos pocos ayuntamientos medianos.
Pero si el revolcón en el terreno municipal ha sido grande en el marco de las comunidades autónomas ha sido descomunal. El PP ha perdido todas las mayorías absolutas en las 10 comunidades donde ha estado gobernando, en la mayoría desde 1995. Eso se traducirá, salvo sorpresas de última hora, la pérdida de al menos ocho gobiernos autonómicos.
Si la pérdida de poder municipal afecta a las terminales nerviosas de un partido como el PP, lo cual repercute en su propia estructura orgánica, en el caso de la salida de los gobiernos autonómicos afecta al músculo político de los conservadores y a su capacidad de manejar fuertes presupuestos públicos. Por ejemplo, la Comunitat Valenciana dispone de un presupuesto de casi 16.000 millones de euros para este año.
El desafío a partir de ahora es la formación de gobiernos progresistas con la participación de varias formaciones políticas, dos, tres e incluso cuatro. Una dinámica que, salvo excepciones, no tiene tradición ni ha sido habitual a la hora de afrontar el gobierno de ayuntamientos y de comunidades autónomas.
Los ayuntamientos tienen fecha fija para constituirse: el 13 de junio. Las comunidades autónomas, regidas por prácticas parlamentarias más complejas, tienen plazos más laxos. Pero a mediados de julio, como máximo, se plasmará en los diarios oficiales la nueva realidad política territorial española. Una situación que no tiene precedentes. Y en el horizonte no muy lejano las elecciones generales. Un escenario apasionante.
Fuente: Publico.es