
El post de Posadas menciona por ejemplo el número de vacunas que se han dispensado en Salta hasta este momento, una información que no pertenece a Gana Salta, que no ha sido generada por esta formación política, que ni siquiera es un logro del gobierno local, y que no puede ser utilizada de ningún modo en una campaña proselitista (ni por el señor Posadas como candidato) y mucho menos ser utilizada para sacar ventajas electorales.
Del mismo modo, Posadas publica -como si estuviera todavía sentado en su asiento del COE- la lista de los lugares en donde se dispensa la vacuna, con el logotipo de Gana Salta, como si el que vacunara no fuera el Estado salteño, a través de sus recursos sanitarios, sino el partido político que candidatea al señor Posadas, generando así una interesada (y, por tanto, inadmisible) confusión entre partido y gobierno.
El candidato jamás ha ocultado sus deseos de convertirse en Gobernador de Salta y piensa que su camino para alcanzar el pedestal consiste en hacer viajar varias veces el cántaro a la fuente.
Es decir, que mientras más lo intente, cualquiera sea el resultado, llegará un momento -calcula él- que los salteños y las salteñas lo conocerán tanto pero tanto, que no les quedará más remedio que votarle.
Sin embargo, la utilización de los recursos del Estado en las campañas de una parcialidad es un faux pas imperdonable.
Ni siquiera se le perdona a Posadas que haya aprendido el truco de las innumerables campañas en las que su antiguo pero aún vigente jefe Urtubey ha abusado de los recursos que son de todos (simpatizantes y opositores) para llevar agua para su molino.
