El problema no son los nombres sino los contenidos

  • Una joven política salteña ha acaparado la atención mediática al pedir a sus conciudadanos que no se preocupen tanto por los nombres de los candidatos sino por el contenido de sus programas y propuestas.
  • Calentando motores para las elecciones de noviembre

En una sociedad normal (y por normal entendemos lo contrario a lo patológico) deberían ser más importantes las propuestas que cada candidato efectúe a la sociedad a la que pide su voto. Pero en una sociedad enferma de personalismo y enamorada de su propio atraso, como es la salteña, lo que da auténtico espanto es escuchar las propuestas de los candidatos.


En Salta -y así ocurre también en el resto del país- no hay parámetros de racionalidad para la política. Es decir, un candidato puede proponer realmente lo que se le ocurra, lo primero que se le venga a la cabeza.

Por decirlo en términos un poco más cercanos al lenguaje que manejan los candidatos y sus formaciones políticas, en Salta no hay una «agenda» de cuestiones políticas, sino una especie de agregado aluvional de cosas que se piensa que la política debe solucionar. Y desde luego, la política no lo soluciona todo.

El mal menor es elegir por los nombres, que mal que mal tienen por detrás a unas determinadas personalidades (narcisistas, neuróticos, perfeccionistas obsesivos, delirantes, adictos a los alucinógenos, etc.) pero que no necesitan de un psicólogo que las diagnostique sino de una ligera percepción ciudadana, porque son, en el fondo, personalidades bastante simples.

Son las personalidades las que despiertan la popularidad o la anulan. Las propuestas, ya sea las más alocadas como las más sensatas, no concitan la atención sino de los más racionales, que son una inmensa minoría en una sociedad dominada por las pasiones superficiales.

Lo ideal, sin dudas, sería que una personalidad racionalmente atractiva (que no hay en Salta) nos ofrezca un programa electoral coherente, realista y realizable (que tampoco hay); pero esto solo sucedería si fuese el Sol el que girara alrededor de la Tierra.

De modo que tenemos que convivir con líderes que deberían estar en el Ragone (no en la Ragone) y con ocurrencias e inventos políticos del más variado gusto, como por ejemplo dividir la Provincia de Salta en dos, o proponer que en cada pueblo de Salta se erija, por ley, una fábrica de algo, propuesta inútil donde las haya, si se tiene en cuenta que 55 de los 60 municipios de Salta ya funcionan como fábricas... de vagos, y lo hacen a las mil maravillas.

Así que cuando haya que optar entre «personalidades» y «contenidos» el ciudadano ya sabe lo que tiene que hacer: elegir siempre las personalidades.

En cuanto a los contenidos, bastaría con que los candidatos se propusieran simplemente cumplir la Constitución de Salta, pero a estas alturas, con tantos problemas que tenemos, ya ni eso es suficiente. Así que desde aquí proponemos como «contenido» que cumplamos todos con lo que dice la Novena del Señor y la Virgen del Milagro y nos mortifiquemos verbalmente durante nueve días, a ver si así somos capaces de volvernos más buenos y de ver la luz al final del túnel.