
Con el 95,55 por cien de los votos escrutados, la diferencia entre los candidatos más votados es insignificante: 36,68% para Scioli, 34,50% para Macri.
El tercero en discordia, Sergio Massa, cuya candidatura obtiene hasta el momento el 21,30% de los votos, emerge como el árbitro de la contienda que se dirimirá finalmente el próximo 22 de noviembre. Los votos de la coalición UNA serán decisivos para ungir al nuevo presidente argentino.
A pesar de haber obtenido una menor cantidad de votos, el resultado supone una rotunda victoria para Macri, el PRO y sus aliados. Contra el escepticismo general, los pronósticos agoreros de las encuestas y el peso de la propaganda del aparato oficial, Macri ha conseguido situarse solo a dos puntos porcentuales de Scioli, evitando que el kirchnerismo pudiera echar las campanas al vuelo.
Del otro lado, la caída de Scioli, que retrocede respecto del porcentaje obtenido en las primarias, pone en seria duda su liderazgo y el acierto político de sus principales valedores, entre ellos el Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey.
Por detrás de los tres candidatos más votados se ubican Nicolás del Caño (FIT), con el 3,28%; Margarita Stolbizer (Prog), con el 2,55%, y Adolfo Rodríguez Sáa (CF), con el 1,68%.
En una elección también inesperada y sumamente significativa, la macrista María Eugenia Vidal se impuso al oficialista Aníbal Fernández y será la nueva Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires.
Euforia en las filas del PRO
«¡Sí, se puede!», gritaban los miembros de la coalición que agrupa a liberales, socialdemócratas y progresistas moderados. Macri, relegado por la totalidad de las encuestas durante los últimos meses, semanas y hasta por los sondeos a pie de urna, no podía creer su victoria. El líder del Pro y representante de Cambiemos anunció, antes de conocerse el escrutinio: «Hoy cambia la política de este país».En una intervención llena de emoción y con la certeza de que no se equivocaba por el recuento paralelo y las medidas de fiscalización que incorporó la oposición, se dirigió a aquellos «que me votaron pensando que no era su mejor candidato». Es decir, a los que le eligieron más por rechazo al kirchnerismo que por afinidad. «Prometo trabajar mañana, tarde y noche para ganar su confianza y demostrarles que tomaron la decisión correcta». En pleno terremoto político también se dirigió a los votantes de las otras formaciones «hasta de Scioli», insistió.
Daniel Scioli se había dirigido antes a sus seguidores y reconocido, sin tener resultados oficiales, que habría segunda vuelta. Reivindicó las reestatizaciones de YPF y de Aerolíneas Argentinas, criticó a su adversario, Mauricio Macri y convocó: «A los que eligieron otra propuesta porque para un argentino no hay nada mejor que otro argentino», dijo remedando la frase histórica del general Perón. La derrota de Scioli que confiaba, respaldado por los sondeos, en imponerse en primera vuelta o al menos sacar una ventaja de una decena de puntos a Macri, pone al descubierto el voto oculto de una población que no se animaba a reconocer su voto. «Vencimos al miedo», proclaman en las filas de Cambiemos.
Sergio Massa, el tercero en liza, con el 21,27% de los votos, criticó al Gobierno y se declaró «guardián de la democracia» y vigilante para combatir «la corrupción». En simultáneo anunció su decisión de armar algo muy parecido a un frente de unidad nacional que excluiría al kirchnerismo donde se acuerde «un documento único para discutir programas de Gobierno y no cargos».
Fuente: ABC