¡Viva Tarija! Salteños regresan después del bloqueo de los caminos

Al final, las gestiones de Santiago Godoy hijo no hicieron falta. De no haber sido un niño en 1989, seguramente que una simple llamada suya hubiera sido suficiente para convencer a los rusos de retirar inmediatamente el muro de Berlín y los alambres de púa.

Fueron los campesinos de Tarija, agrupados en su combativo sindicato, los que negociaron con el gobierno de Tarija el levantamiento del bloqueo a los caminos, que mantenía a una cantidad nunca precisada de salteños atascados del otro lado de la verja.

Estos comprovincianos habían viajado al vecino país como si fuese el suyo propio, para honrar a la Virgen de Urkupiña in situ, ya que al parecer no se fían mucho de los ruidosos cultos que los residentes bolivianos en Salta dedican a la misma Virgen.

El señor Godoy ha dicho -según la comunicación oficial del gobierno- que «además del bienestar de las personas, nos interesaba su pronto regreso».

Fuentes no oficiales señalan sin embargo que el funcionario se habría dirigido a unos de los retornados, que pasó doce días varado en un terraplén bebiendo agua de acequia, diciéndole: «¿Tenés ganas de volver a Tarija?» La respuesta no se puede escuchar bien en grabación, pero da la impresión de que el viajero respondió con una rima un poco grosera.