
El excéntrico político derechista hizo esta declaración pocos días después del tiroteo que acabó con la vida de 14 personas en la ciudad californiana de San Bernardino, en lo que se presume ha sido un acto terrorista.
“Hasta que no podamos determinar y comprender este problema y la amenaza que representa, nuestro país no puede seguir siendo víctima de ataques horribles de personas que sólo creen en la ‘yihad’ y que no tienen ningún sentido ni respeto a lo que significa la vida humana”, dice el comunicado firmado por Trump. Según el candidato, los musulmanes que aspiren a entrar en Estados Unidos deberán permanecer en sus países “hasta que las autoridades de nuestro país puedan averiguar qué diablos está pasando”.
Especialmente tras los atentados en París el pasado día 13 de noviembre, Trump ha abogado porque los Estados Unidos revisen su política de asilo y de acogida de refugiados procedentes de regiones como la afectada por el conflicto sirio. Trump ya ha propuesto anteriormente que se prohiba la entrada de refugiados sirios -a los que ha calificado como “caballo de Troya”-, así como la creación de una base de datos que rastree las actividades de los musulmanes que ya viven en el país.
Los contrincantes republicanos de Trump todavía no han reaccionado a las palabras del magnate. No lo ha hecho aún Marco Rubio, pero sí Jeb Bush, quien las ha calificado de “locura”. Bush ha dicho que el plan de Trump “no es serio” y que Estados Unidos “necesita un comandante en jefe que tenga un plan serio para derrotar al terrorismo islámico radical”.
El Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses ha dicho a la agencia Reuters que la campaña de Trump “ha entrado en el auténtico terreno del fascismo”.