Una diputada de Salta compara el trabajo parlamentario durante la pandemia con el nacimiento de Jesucristo

  • Se acerca la Navidad y, a medida que los índices de humedad relativa del aire comienzan a aumentar en estos valles subandinos, los cerebros de algunas personas empiezan a dar señales de un preocupante enmohecimento.
  • Serpientes de primavera

Es diciembre y, ya se sabe: casi todo está permitido en la Argentina; especialmente en materia verbal.


A quien se le ha ido la olla con las palabras fue a la diputada provincial peronista señora Silvia Varg de Nioi, quien dedicó unos minutos de su valioso tiempo parlamentario a rendir un autohomenaje dirigido a sus compañeros diputados -y, por supuesto, a ella misma- por la «heroica» tarea de haber sesionado durante la pandemia.

Es decir, los diputados salteños -que no han padecido ni enfermos graves ni muertos a causa del coronavirus- son, a juicio de la señora Varg de Nioi, más héroes, incluso, que el personal médico sanitario.

Hasta ayer se sabía que la gran mayoría de los legisladores provinciales vivían en un frasco, sin apenas enterarse de lo que sucede en el mundo, o -lo que es peor- interpretando los sucesos del mundo según los cánones hermenéuticos del localismo vallisto, que todo lo matiza, que todo lo deforma y que todo impregna de aroma a coca mascada.

Pero la señora Varg de Nioi ha dejado ayer el listón muy alto, al demostrar que no sabe que la mayoría de las asambleas parlamentarias de las democracias más avanzadas del mundo trabajaron con dificultades pero con cierta normalidad durante la pandemia y a pesar de ella.

Probablemente, la señora Varg de Nioi no recuerde que el presidente de la Cámara que integra -el señor Esteban Amat Lacroix- mandó a cerrar la Legislatura de Salta por Whatsapp allá por el mes de marzo pasado, sin tomarse siquiera la molestia de sentarse a escribir una resolución presidencial y de comunicarla a los diputados. Parece que entre tanta borrachera de heroísmo posmoderno, la señora Varg de Nioi ha olvidado que ella y sus compañeros diputados se desbandaron alocadamente como gallinas sin cabeza cuando en Salta simplemente anunciaron que se venía el coronavirus y que solo una sostenida presión ciudadana logró que las cámaras volvieran a sesionar y los legisladores a hacer su trabajo, el trabajo para el que fueron elegidos.

Cuando consiguieron reaccionar, en lugar de preocuparse por la pandemia y por la salud y las libertades de sus comprovincianos, los legisladores como la señora Varg de Nioi entraron en pánico porque el cierre de la frontera con Bolivia dispuesto por el gobierno nacional puso en crisis la importación clandestina de hojas de coca. Su primera preocupación, por tanto, no fue el virus sino el acullico.

Y llegamos aquí a un extremo ciertamente extravagante, pues uno de los héroes ensalzados hasta el paroxismo por la señora Varg de Nioi, un compañero de partido y vicepresidente de la Cámara (el diputado Ignacio Jarsún), propuso abiertamente, durante la misma pandemia bíblica, aplicar la pena de muerte en la Argentina, después de justificar en las redes sociales un linchamiento popular ocurrido en la Provincia de Tucumán. Con «héroes» como estos los salteños tenemos ya ganado el cielo.

Afortunadamente, desde 1889 existe en el mundo una institución internacional que se llama Inter-Parliamentary Union (IPU o UIP) que, entre otras cosas, lleva un prolijo registro de la actividad parlamentaria durante la pandemia en los 179 países que la integran. Esta información se puede consultar en la página web oficial de la IPU.

Si todos los parlamentarios del mundo que han trabajado, bajo diferentes formas, a pesar de la crisis sanitaria mundial fuesen considerados «héroes», la Academia Noruega (que es la que concede el Premio Nobel de la Paz) se vería desbordada por tantas peticiones de beatificación.

Pero lo más notable de todo no es que los diputados provinciales salteños no sean auténticos héroes cívicos como los ha descrito su imaginativa compañera Varg de Nioi, sino que esta ha comparado su actividad durante la crisis sanitaria con:

1) La Revolución Francesa

2) Las bombas atómicas sobre Nagasaki e Hiroshima

3) El Descubrimiento de América

4) El nacimiento de Jesucristo

Evidentemente, se le puede criticar la exageración, pero mucho más el haber incurrido en una omisión histórica fronteriza con el sacrilegio, al haber excluido de la lista a la muerte de Maradona, un acontecimiento que deja a Cristóbal Colón, a Harry S. Truman y a Robespierre a la altura del betún.

De ser cierta la afirmación de la señora Varg de Nioi, la Provincia de Salta habrá escrito una página brillante en la historia de la humanidad. Tan importante, que merece ocupar un nuevo capítulo de la Biblia, quizá como el Quinto Evangelio.

Pero la realidad indica que aquí no se han descubierto vacunas ni tratamientos, no han rodado cabezas, ni se han producido grandes transformaciones sociales o políticas.

Si alguna institución se ha encargado de asegurar el plácido continuismo que nos atenaza y que la pandemia en Salta transcurra sin pena ni gloria, con un bajísimo nivel dialéctico, intelectual y político, esta ha sido la Cámara de Diputados de Salta, que en más de una ocasión ha renunciado a tratar los decretos de necesidad y urgencia del Gobernador de la Provincia, que afectaban claramente las libertades ciudadanas, y que se ha negado a derogarlos cuando se convirtieron en leyes.

Es evidente que cumplir con un deber propio no convierte en héroe a nadie. Pero lo que hay que discutir aquí es si los diputados de Salta -que han cobrado regularmente su sueldo y cuya vida no ha estado en peligro en ningún momento- han cumplido o no con su deber constitucional, y si han estado, individual y colectivamente, a la altura de las expectativas y de la seriedad que una institución como la que conforman requiere.

Porque -no nos engañemos- sentarse detrás de una pantalla para escuchar a los demás, mientras se comen un sandwich o beben cerveza, no es exactamente como esperar que caigan del cielo dos bombas atómicas. No olvidemos que en una igualmente heroica sesión «virtual», un diputado (esta vez nacional) electo por Salta, se dedicó a juguetear con los pechos desnudos de su compañera, a la vista de toda la Nación. Esto, más que comparable con el nacimiento de Jesucristo lo es con Sodoma y Gomorra, si es que queremos seguir con las proporciones históricas señaladas por nuestra diputada

Probablemente si la señora Varg de Nioi se hubiera acordado de este pequeño incidente habría vuelto a poner los pies sobre la tierra y admitido que no todos los diputados y diputadas son émulos de Jesucristo.