El gobernador Sáenz estrena en Orán la protección reforzada con ‘barbijo doble’

  • Ante la práctica duplicación de los casos de COVID-19 en el territorio, el Gobernador de la Provincia de Salta ha decidido predicar con el ejemplo, y ha bajado hasta la ciudad de Orán en donde se ha mostrado con una ‘doble protección’ facial.
  • Más vale que zozobre y no que fafalte

A partir de esta imagen, es probable que en Salta se duplique todo, excepto el sueldo de los trabajadores.


Es decir, donde ayer había «cuatro pelotudos» habrá ocho (igualmente pelotudos, o más), y si la distancia social estaba convencionalmente establecida en dos metros, ahora habrá que separarse a cuatro. Y si la OMS dice cien, Sáenz -como en las subastas de ganado- gritará doscientos.

También se prevé que el dólar blue se ubique en el entorno de los 250 pesos y que ansiado regreso de los gimnasios (vaya si hay alguna actividad esencial como esta) en vez de producirse a los 30 días tendrá lugar a los 60.

A este paso, y si las cosas se agravan, es probable que muy pronto Sáenz añada a la protección que lleva una tercera máscara; esta vez una de cuero curtido, como la que usó Anthony Hopkins en El silencio de los corderos para evitar hincarle el diente a una pálida pero apetitosa Jodie Foster.

El problema es que llegado a un punto, con tanta opresión en sus vías respiratorias superiores, Sáenz va a necesitar en algún momento una ayuda mecánica, y el tacaño de Elon Musk todavía no le ha respondido el tuit al ministro Dib Ashur, que se encuentra desde hace varios días con una pelopincho sin agua desplegada cerca de la pista del aeropuerto, a la espera de que el excéntrico millonario sudafricano lance desde el espacio los respiradores artificiales que Salta necesita.

Se comenta en círculos cercanos al Ministerio de Finanzas que, maldiciendo su suerte, Dib Ashur anda por los pasillos lamentándose: «El día que llueva a sopa yo voy a estar con un tenedor».

Fuentes cercanas al Barrio Solidaridad han dicho que la «solución científica» de Sáenz para atajar la acometida del virus en Orán es muy parecida a la decisión de aquella madre que obligaba a su hija adolescente a ponerse dos bombachas para evitar que perdiera prematuramente la virginidad.

Cabe puntualizar que aquella estrategia maternal no dio ningún resultado.