
Desde el punto de vista político, la situación solo puede calificarse de escandalosa, puesto que el gobierno anterior, al mando de Juan Manuel Urtubey, contrajo en noviembre de 2011, con grandes aspavientos, un préstamo internacional de 187 millones de dólares, que en su momento fue destinado, por ley de la Provincia, a financiar un vasto plan de obras públicas, precisamente para los departamentos y poblaciones que hoy se encuentran en crisis por la pobreza extrema.
La mayoría de las obras previstas en el plan hoy brillan por su ausencia y la situación social, económica y ambiental de las poblaciones a las que se pensaba favorecer es hoy mucho más grave, si cabe, que antes de la contratación de este préstamo, al que se llamó, para mayor escarnio, Fondo de Reparación Histórica.
Que la institución de este préstamo tuvo un marcado sesgo político partidario lo confirma el hecho de que el entonces Gobernador de la Provincia designó a su propio hermano -el señor Rodolfo Julio Urtubey- como director gerente de aquel fondo, con amplísimas facultades y una descarada exposición mediática, que llegó al extremo de llevar la figura del hermano del Gobernador a pasearse por poblaciones en donde no se iba a realizar ni una sola obra con el dinero contratado.
Casi simultáneamente, el Gobernador designaba a su hermano Rodolfo (por entonces, un desconocido para el peronismo) como candidato a senador nacional por Salta.
Pero mientras el Fondo de Reparación Histórica naufragaba, la candidatura del hermano del Gobernador iba a prosperar y los 187 millones de dólares que no sirvieron para paliar la aguda pobreza del norte, sí que resultaron útiles y decisivos para instalar al candidato en el palacio de Hipólito Yrigoyen 1849 de la ciudad de Buenos Aires.
Al poco tiempo de su concesión, y en solo seis meses, Salta perdería casi 85 millones de los 187 recibidos a causa de la pesificación del préstamo. La mayoría de las obras planificadas no se realizó. El Fondo de Reparación Histórica resultaría, a la postre, un fiasco mayúsculo. Rodolfo Urtubey va a agotar su mandato como senador nacional a finales de 2019, pero Salta quedará endeudada por varias generaciones... para nada.
Cada vez más lejos de la Corte de Justicia
Después del pasado 10 de diciembre, en ciertos círculos judiciales comenzó a circular el rumor de que el gobernador Gustavo Sáenz propondría a Rodolfo Urtubey para ocupar el sillón que quedará vacante en la Corte de Justicia de Salta tras la jubilación del juez Guillermo Posadas.Si bien estos rumores nunca han tenido un fundamento serio, ahora, cuando concluye el mes de enero más trágico de todos los que se han vivido desde 1983 en adelante, las desgarradoras noticias que llegan del norte de la Provincia, de los mismos lugares en que el dinero contratado y el trabajo del señor Urtubey debieron contribuir a paliar una situación extrema, hacen que todas las miradas se vuelvan hacia la gestión fallida del «director gerente».
Nadie entendería hoy que, después de semejante debacle, el gobierno decidiera proponer a Rodolfo Urtubey para ocupar el cargo de juez en la Corte de Justicia.
Razones de coherencia y de decencia pública lo impiden.