
La época de vacaciones es en Salta muy propicia para rastrear en las diferentes fuentes informativas los movimientos de los poderosos.
Una de estas fuentes -casi ineludible- es el Boletín Oficial de la Provincia de Salta, en donde -si bien con cierto retraso- se suelen publicar decretos cargados de la arbitrariedad más pura y suscrita por esa dupla de abusadores del derecho que conforman el Gobernador de la Provincia y su fidelísimo Secretario General de la Gobernación.
El último de estos engendros es el Decreto 1520/2018, fechado anteayer pero publicado oficialmente hoy, día viernes 28 de diciembre, en la edición número 20413 del B.O.P.
El Decreto es en sí mismo nulo de nulidad absoluta, por falta de motivación. Pero es que su nulidad desencadena la anulación en cascada de cualquier acto administrativo que en virtud del mismo decreto nulo pudiera otorgar el Vicegobernador de la Provincia, investido irregularmente del «mando gubernativo».
Para ilustración de la ciudadanía, el citado Decreto 1520/2018 dice escuetamente lo siguiente:
SALTA, 26 de Diciembre de 2018
DECRETO Nº 1520
Secretaría General de la Gobernación
VISTO: Que el suscripto se ausentara [sic] a partir del día 26 de diciembre de 2018; y,
Por ello,
EL GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE SALTA
DECRETA:
ARTICULO: 1º - Pónese interinamente a cargo del Mando Gubernativo de la Provincia, al señor Vice Gobernador de la misma, D. MIGUEL ANGEL ISA, a partir del día 26 de diciembre de 2018 y mientras dure la ausencia de su titular.
ARTICULO 2º - El presente decreto será refrendado por el señor Secretario General de la Gobernación.
ARTICULO 3º- Comuníquese, publíquese en el Boletín Oficial y archívese.
URTUBEY - Simón Padrós
Aunque la publicación oficial dice «ausentara» y no «ausentará», omitiendo el acento ortográfico en la última vocal de la palabra y confundiendo al lector acerca del tiempo de verbo empleado, se desprende de su contexto que lo que motiva la transferencia del «mando gubernativo» al señor Isa es la «ausencia» futura del Gobernador de la Provincia, no las ausencias pasadas.
No se sabe bien -y el decreto debió aclararlo- si se trata de una ausencia interior (es decir, con permanencia en el territorio provincial) o si, por el contrario, se trata de una ausencia exterior (es decir, con abandono del territorio provincial o, incluso, del nacional).
También se puede deducir que la ausencia del Gobernador, en caso de que fuese exterior, durará un tiempo inferior al previsto en el artículo 143 de la Constitución, que obliga al Poder Ejecutivo a pedir permiso de la Legislatura para ausentarse de la capital de la Provincia o del territorio provincial por más de treinta días.
Aunque tampoco este extremo es seguro, pues al estar la Legislatura en receso, el Gobernador bien pudo auto-autorizarse una ausencia más prolongada por Decreto. Es más: por Decreto puede hacer cualquier cosa que se proponga, ya que el mandatario está seguro de que nadie le va a decir nada.
El caso es que el Decreto que lleva el número 1520/2018 no señala en absoluto cuáles son los motivos de la ausencia del Gobernador ni cuantifica en lo más mínimo la duración de esta ausencia, lo que provoca la nulidad de la norma sin necesidad de ninguna otra indagación.
El desparpajo legal y administrativo es tan grande, que solo faltó que el Gobernador dijera en el mismo Decreto en el que se otorga un generoso e inmotivado permiso a sí mismo: «Miguel, me voy, ¿eh?. No sé cuándo voy a volver. Fijate que quede cerrada la llave del gas y no te olvidés de darle de comer a los gatos».
El problema no es tanto la inseguridad jurídica que se apodera inmediatamente de la Administración del Estado, sino la falta de respeto al ciudadano, que derecho tiene a enterarse por qué motivo su Gobernador se va (así, como si se marchara de la casa de su abuela) y por cuánto tiempo. También sería interesante y útil saber a dónde se va y qué se propone hacer allí donde vaya, pero es que a esos datos nos los imaginamos todos.
Así las cosas, Juan Manuel Urtubey debe de ser el único ciudadano de Salta ligado a una responsabilidad que se toma las vacaciones cuándo y por el tiempo que a él se le antoja, sin dar la más mínima explicación a nadie. Él seguramente pensará que se lo ha ganado. Pero ¿se lo ha ganado?
El avión de la Provincia vuela a Calama
Ayer, día 27 de diciembre, el avión del Estado provincial salteño matrícula LV-BXD voló desde el aeropuerto internacional El Loa, de la ciudad chilena de Calama al aeropuerto de la ciudad de Salta, en cuarenta cómodos minutos.¿Qué estaría haciendo el avión en Calama? Nadie lo sabe. No hay allí centros sanitarios de referencia a los que se pueda derivar enfermos, y sí centros turísticos a pocos kilómetros.
Pero los desplazamientos al norte turístico de Chile no son nada comparados con los vuelos frecuentes al aeródromo de la localidad bonaerense de San Fernando, que es la que más cerca queda de la residencia del gobernador Urtubey en la gran capital argentina.
De estos vuelos, ni el Gobernador ni los aviadores a sueldo de los contribuyentes salteños han dado jamás una explicación convincente.