La inhabilidad moral sobreviniente del diputado nacional Pablo Kosiner

  • Para excluir a un legislador nacional de la cámara de la que forma parte, por causa de inhabilidad moral, esta inhabilidad debe ser 'sobreviniente', es decir, posterior a su incorporación. Este requisito no se cumple en el caso de Julio De Vido, pero sí en el de Pablo Kosiner.
  • Debates sobre moral
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La postura beligerante del diputado nacional por Salta Pablo Kosiner a favor de la expulsión de Julio De Vido constituye una acabada muestra de falta de coherencia política y de cinismo, por partes iguales.


Durante los doce años seguidos (2003-2015) que De Vido se desempeñó como ministro de los gobiernos Kirchner, el hoy diputado Kosiner no criticó ni una sola vez las políticas desplegadas desde el llamado, con cierta ironía, Ministerio de Planificación Federal.

Al contrario, tanto Kosiner como Juan Manuel Urtubey se mostraron siempre abiertamente partidarios de las políticas de los Kirchner, en general, y de las desplegadas por su poderoso ministro, en particular.

Es, por tanto, altamente improbable que durante esos doce largos años de apoyo sin reservas, tanto el actual Gobernador de Salta como el diputado nacional no hubieran advertido irregularidades -o incluso delitos- en la gestión de De Vido. Como alguna vez dijo el radical tucumano José Manuel Cano, no es posible que Urtubey y Kosiner hayan vivido durante ese tiempo en un tupper.

Lógico hubiera sido que el diputado Kosiner se hubiera abstenido durante la votación del proyecto que pretendía la exclusión de De Vido del seno de la Cámara de Diputados.

El concepto de «inhabilidad moral» construido alrededor del artículo 66 de la Constitución Nacional parece en todo caso más aplicable al diputado Kosiner que al diputado De Vido.

En efecto, la Constitución habla de que los miembros de cualquiera de las dos cámaras del Congreso pueden ser excluidos de su seno por «inhabilidad moral sobreviniente a su incorporación», lo que quiere decir que nadie puede ser excluido ni expulsado de las cámaras cuando la inhabilidad es -como en el caso de De Vido- contemporánea a su incorporación como diputado. Es decir, que si la cámara que corresponda aprobó en su día el diploma, aun a sabiendas de que existía tal inhabilidad (lo que en el caso de De Vido es público y notorio, porque sus fechorías eran conocidas aun antes de convertirse en diputado), luego la misma cámara no puede alegar que tal inhabilidad es sobrevenida; es decir, posterior a su incorporación.

Pero no sucede lo mismo en el caso de Kosiner, quien a pesar de sus visibles inconsecuencias políticas, que vienen desde la década de los noventa, cuando fue romerista y menemista, no tenía tacha en el momento de su incorporación a la cámara. Pero sí después, ya que al liderar una operación anti-De Vido sin dar ninguna explicación de por qué él y su jefe Urtubey apoyaron abiertamente al exministro (y conocieron presuntamente de sus andanzas) durante el gobierno kirchnerista, se coloca en una clara situación de inhabilidad moral sobreviniente.

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