La 'semilibertad' de un semigobierno

  • La ministra Calletti inaugura en Metán un pabellón de 'semilibertad' para presos condenados a punto de cumplir sus penas.
  • Un gobierno ineficiente

Ayer, la ministra más controvertida del gobierno provincial de Salta, inauguró el Metán una nueva facilidad penitenciaria a la que ha bautizado con el nombre de «pabellón de semilibertad».


Se supone que en él desarrollarán su vida aquellas personas que cumplen condena y que están próximos a agotarla y a recuperar así, su libertad plena.

Hablar de «semilibertad» es solo una forma cariñosa de decir que los que allí se alojan son «semipresos».

Pero lo que preocupa no es si el vaso está medio vacío o está medio lleno, sino que el grupo de compinches del que forma parte la señora Cintia Pamela Calletti es en realidad un «semigobierno».

El prefijo le viene al pelo, porque en nuestra lengua «semi» no solo significa «la mitad», sino también «casi».

Se podría decir que la ministra Calletti dirige un «casi» ministerio; algo que se aproxima y no precisamente por poco a lo que podría ser una cartera del Estado.

Por eso quizá es que en el acto de ayer se ha puesto tanto el acento sobre el concepto de «semilibertad».

El problema es que no siempre el «casi» evoca una expectativa de conseguir algo bueno (como la libertad). En algunas ocasiones, como sucede en el caso del «casiministerio» de la señora Calletti, el adverbio puede estar indicando o bien que nunca llegará a nada o que algún día que se intuye no muy lejano desaparecerá por completo.