El gobierno de Urtubey se empeña en enseñar lo ancestral

  • El gobierno de Urtubey, que se considera en posesión de las claves del conocimiento, imparte cursos a los salteños de las más variadas materias, muchas de ellas bastante conocidas por los ciudadanos. Habría que preguntarse si no son los funcionarios los que tienen que aprender.
  • Cursos inútiles
Está bien -digamos que casi perfecto- que el gobierno de Urtubey emplee su tiempo y sus medios en impartir cursos para prevenir la violencia, para que todos nos tratemos como hermanos y seamos buenos ciudadanos todo el tiempo. Ya no está tan bien que crea que con 45 minutos de charla tiene resueltos los problemas más graves de la humanidad, aunque no está mal que lo intente.

Sin embargo, al gobierno se le ha dado últimamente por enseñar materias que son bastante conocidas por los alumnos.

Así, hace algún tiempo, a algún rubito parido en las oficinas públicas se le ocurrió enseñar a los habitantes de la puna a cuidar llamas. Sin percatarse quizá de que los habitantes de aquella desolada región de nuestra Provincia saben mejor que él cómo hacerlo, ya que vienen encargándose de las llamas desde hace varios miles de años.

Los otros días la pretensión «docente» se trasladó a Animaná, en donde un grupo privado «gourmet» pretendió enseñarle a los lugareños a cocinar, como si fuesen completamente ignorantes en esta materia. Una cosa es darles una buena clase de nutrición -que a veces hace falta- y otra muy diferente enseñarle a un criollo a preparar un tartan de salmón, cuando el vientre, su ADN y el paisaje le piden una mazamorra caliente o un buen plato de anchi.

Todo esto, por no mencionar que el gobierno -y Urtubey en persona- se han emperrado en enseñarles a los salteños a votar, algo que, a pesar de las repetidas rupturas del orden constitucional, los que viven en esta Provincia saben hacer perfectamente desde mucho antes de que el actual Gobernador naciera.

Ahora le ha tocado el turno a la bicicleta.

Claro, como los salteños no tienen idea de cómo andar en dos ruedas, viene el gobierno y se monta un «programa» para fomentar el «uso adecuado» de este medio de locomoción.

Teniendo en cuenta la enorme popularidad de la bicicleta en nuestras calles, cosa que viene desde que existen los velocípedos, más rentable hubiera sido organizar un taller para enseñar a los automovilistas cómo lidiar con los que van en bicicleta creyéndose dueños de las calles, tanto unos como otros.

El próximo curso que tiene en carpeta el gobierno de Urtubey es uno para aprender a vestirse de gaucho. No todo el mundo sabe cómo hacerlo. Como el Gobernador es un maestro en la materia, no se debe descartar la posibilidad de que sea él en persona el que indique las siete maneras que existen para ponerse la rastra, muchas de las cuales no difieren mucho de las técnicas que se utilizan para colocarse un corpiño.

Lo ideal sería que algunos funcionarios, antes de asumir sus cargos, hicieran un cursito para aprender a gobernar, pues andan un poco flojos en esta materia. Los que la ignoran, salen a menudo con ocurrencias como estas. Se incluye aquí los festivales infantiles con atracciones inflables, peloteros y toros mecánicos.

¡Tantas cumbres de políticas públicas para terminar organizando carreras de embolsados!

Una pena.