Sin elogios externos, el gobierno de Salta no es nada

  • ¿Se ha preguntado alguien por qué los salteños no elogian las actuaciones del gobierno provincial? ¿Por qué el gobierno busca cada vez con mayor insistencia la aprobación y el elogio de personas que no viven en Salta?
  • Una curiosa forma de legitimación
Las actuaciones cotidianas del gobierno de Urtubey se debaten entre la intrascendencia y la vulgaridad, pero todos los días reciben toneladas de elogios.

Son dos, principalmente, las fuentes de estos elogios:

1) el propio gobierno, que ha hecho del autobombo y onanismo sus señas de identidad más poderosas, y

2) ciertos agentes externos (el Papa, Unicef, el doctor Albino, funcionarios nacionales, pequeños burócratas de otras provincias, Tinelli, la Unesco, profesoras de la UBA, tuiteros de cierto renombre, agentes de la DEA, del FBI, empleados del Banco Mundial, y un largo etcétera).

En una enorme mayoría de casos no son elogios auténticos, sino «deducciones» de ciertas opiniones de los protagonistas, interpretaciones libres que el gobierno hace de las palabras de ciertas personas a las que se supone, de antemano, revestida de una autoridad que los salteños consideran poco menos que incuestionable.

Pero, alguien se ha preguntado ¿por qué los salteños elogian tan poco al gobierno de Urtubey?

Para que el gobierno se sostenga y no se venga abajo como un castillo de naipes tiene que venir siempre alguien de afuera a decir que las cosas que se hacen por aquí están bien hechas, aunque estén hechas como el demonio. El elogio externo desempeña esa función: la de cubrir la realidad con un falso barniz de calidad.

El 85 por cien de las actuaciones del gobierno de Urtubey no pasarían ningún filtro de calidad en cualquier país medianamente avanzado del mundo. Al menos un 60 por cien de ellas merecen largamente incluso la calificación de «tercermundistas».

Conscientes de ello y de la desdeñosa indiferencia que los salteños demuestran todos los días hacia sus políticas, los funcionarios de Urtubey buscan desesperadamente «bendiciones» provenientes de otras latitudes, de personajes que por el solo hecho de estar lejos de Salta parecen mirar lo que pasa en nuestra Provincia con un poco más de claridad.

Para estos funcionarios, las críticas que diariamente recibe el gobierno de otras personas que no residen en Salta no existen, no son tenidas en cuenta.

Solo vale el que elogia. Y si lo hace gratis, mucho mejor, porque los elogios que cuestan dinero -ya se sabe- son un poco menos convincentes.

En las próximas semanas, las bondades presuntas del gobierno de Urtubey serán objeto de grandes alabanzas desde fuera de Salta. Lo que no se puede conseguir adentro (que el ciudadano común valore positivamente las políticas del gobierno) se pretende alcanzar mediante el recurso al forastero, que es también muy antiguo.

Como todo lo que últimamente hacen Urtubey y su equipo de campaña.