Las inoportunas verdades de José Cano, el odontólogo tachado de 'patotero' por Urtubey

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El de ayer fue, probablemente, el Día del Odontólogo más extraño de todos los vividos hasta hoy por quien en la actualidad tiene a su cargo la gestión del más ambicioso de los planes del gobierno nacional para paliar la carencia de infraestructuras y acabar con la pobreza: el dentista tucumano José Manuel Cano.

Ajeno a las cortesías que señala el calendario de profesiones liberales, el Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, ha dedicado al odontólogo una de las críticas más feroces desde que el responsable del llamado Plan Belgrano se dedica a la política (y hablamos de más de treinta años).

De Cano, Urtubey no solo ha dicho que está «mal informado» sino también que es (o se comporta como) «un patotero» y que debe renunciar al cargo que ocupa, por su falta de acierto y por los graves fallos en el diseño del plan de desarrollo con el que el gobierno de Macri tiene pensado revolucionar la economía de las provincias del noroeste argentino.

Pero ¿qué fue exactamente lo que desencadenó semejante exceso verbal del Gobernador de Salta?

La mayoría de los medios de comunicación apuntan a unas declaraciones de Cano a una radio de Buenos Aires en las que, al pasar y casi sin querer, deslizó la frase: «En el caso de Urtubey, ellos gobiernan mal hace más de nueve años y medio Salta».

Las declaraciones de Cano no estaban dirigidas tanto a criticar el mal gobierno de Salta (una verdad muy difícil de rebatir, con cifras en la mano) sino la larga y continuada hegemonía del peronismo en las provincias del noroeste argentino, de la cual Urtubey es un espécimen; es decir, un modelo ejemplar.

Pero más allá de esta crítica, llamémosle cronológica, lo que seguramente quiso decir el odontólogo es que quienes tanto tiempo llevan gobernando sus provincias sin éxito (el crecimiento de la pobreza así lo demuestra) son los primeros en quejarse por la lentitud en la concreción de las obras del Plan Belgrano.

¿Cuál de todas estas cosas pudo haber sacado a Urtubey de sus casillas de la forma en que lo hizo?

Es díficil saberlo, pero allí donde una mayoría apunta a la crítica hacia la mala calidad de su gobierno, aquellos que son capaces de ver un poco más abajo de la superficie sostienen, por el contrario, que lo que ofendió al Gobernador de Salta ha sido el recuerdo del largo tiempo que lleva gobernando.

En los umbrales de su madurez política, Urtubey sabe que es poco menos que inevitable que los gobiernos (incluido el suyo) sean calificados como buenos o malos por los ciudadanos. Pero lo que no tolera y hace aflorar su carácter más atrabiliario es que la gente le saque el dato del tiempo anterior gobernado (dos periodos constitucionales enteros), porque el detalle del tiempo es el que mejor pone de relieve el carácter ilimitado del poder que ejerce.

Urtubey solo quiere hablar del futuro. Allí están concentradas sus energías. Por eso recela de quienes miran al pasado, porque sabe que cualquiera que vuelva la vista atrás verá ocho años y medio de desierto, de tierra yerma, de balbuceos, de errores de bulto, de batallas de corto alcance y bajo vuelo, y una larga lista de nombres de personas que se han dejado el poco prestigio que les quedaba por acompañarlo en sus fantasías.

El dentista tucumano solo ha incurrido en un desliz freudiano al citar a Urtubey y al tiempo que lleva malgobernando a los salteños. Tal vez en su fuero más íntimo hubiera deseado poner otro ejemplo, pero es que para salir del trance debía citar a quien reuniera las dos condiciones requeridas: 1) tiempo y 2) fracaso. Y como Urtubey, hoy hay pocos que dan el perfil.

Cano no se equivocó. Tampoco lo hizo Urtubey al contraatacar, excepto por el detalle del patoterismo, que es de mal gusto. Ni el Plan Belgrano es la panacea universal, ni la información de que dispone Cano es la mejor para llevar adelante un plan de tanta envergadura y que ha generado tantas expectativas.

De lo que no caben dudas es que Urtubey, que lleva casi nueve años sin dar en el clavo con sus planes de reducción de la pobreza, no tiene ninguna autoridad para criticar el diseño o la marcha del Plan Belgrano, ni para dar lecciones al gobierno nacional en esta materia. Y en este sentido, la postura de Cano, aunque haya sido expresada de esa forma tan apresurada y tan poco clara, es mucho más razonable que la pataleta de Urtubey.