
El fatídico número no los deja dormir. Se les aparece por las noches (como aquella vaca que se le cruzó a uno de ellos) y los persigue donde quiera que van, como un holograma difuso y flotante, como el recordatorio fatal de un trabajo mal hecho y sin esmero, cuyas consecuencias económicas y sociales todavía no han comenzado a emerger por el horizonte.
Mientras el Gobernador de la Provincia le echa la culpa del tropiezo al Brexit, como si tuviera (o alguna vez haya tenido) alguna idea de lo que sucede en Europa, un grupo de activistas residentes en Joaquín V. González lleva unos días marcando el teléfono del conmutador del gobierno provincial, cuya amable operadora automática les dice con voz orgásmica: «Si conoce el número de interno, márquelo».
Al ser invitados a utilizar sus teclados numéricos para componer el interno con sus modernos smartphones, marcan el 9,125 pero el sistema telefónico provincial se queda mudo.
Hasta que a un activista se le ocurrió marcar el número de la suerte seguido del signo # (de almohadilla o numeral), llamado también hash por algunos profanos.
Al comprobar que nada ocurría, otro activista propuso cambiar el signo # por el %, con lo cual el número de interno queda compuesto de la siguiente manera: 9,125%.
Grande fue la sorpresa cuando después de tres tonos nerviosos y punzantes, una voz dulce y relajada les responde del otro lado del hilo: 'Oficina del doctor Pacho O'Donnell, ¿qué se le ofrece?'
La sorpresa fue tan sobrecogedora (en el sentido freudiano de la expresión) que colgaron inmediatamente.
¿Pacho O'Donnell sigue en el gobierno de Salta? ¿No había renunciado?, se preguntan.
La respuesta la encontraron en el Boletín Oficial de la Provincia, que con fecha 24 de junio de 2016 publica el Decreto 843/16, de fecha 7 de junio, cuya parte dispositiva dice lo siguiente: «Acéptase la renuncia presentada por Dr. Mario Ernesto O'Donnell - DNI N° #.$%#.$%# (los números han sido ofuscados por el editor), al cargo de Coordinador de Promoción Cultural de la Secretaría Delegación Casa de Salta en Capital Federal, dependiente de la Secretaría General de la Gobernación, a partir de la fecha del presente, dándosele las gracias por los importantes servicios prestados».
Pero cuando los activistas creían que la amable secretaría les había pasado la bocha cambiada, se dieron con otro decreto, el 949/16, de 28 de junio (publicado en el B.O. el 1/7) cuyo artículo 1º dice textualmente lo siguiente: «Apruébase el Contrato de Consultoría celebrado entre el Gobierno de la Provincia de Salta representado por el señor Secretario General de la Gobernación y el Dr. Mario Ernesto O'Donnell, D.N.I. #.$%#.$%#, el que como Anexo forma parte del presente».
Es decir que don Mario Ernesto (el segundo Mario Ernesto más famoso de Salta) utilizó lo que popularmente se llama la puerta giratoria. Es decir que salió y volvió a entrar, sin intervalo de tiempo.
Un contrato de consultoría muy específico
Es casi un detalle sin importancia el hecho de que el Decreto que acepta la renuncia de O'Donnell a su anterior cargo tenga fecha del 7 de junio de 2016 y que su nuevo y bien remunerado contrato de consultoría haya sido fechado al día siguiente; es decir, el 8 de junio. Así, el prestigioso intelectual no perderá un solo día de sueldo.Pero lo más llamativo de su contrato (que felizmente ha sido publicado por el B.O.P.) es que sus obligaciones como consultor son mínimas (por no decir inexistentes), pues según la cláusula primera se limitan al «asesoramiento al Poder Ejecutivo en las materias que le sean requeridas».
Es decir, que si el Poder Ejecutivo nada le requiere al señor O'Donnell, el señor O'Donnell nada deberá hacer sino mover sus pulgares en tambor y, si acaso, esperar a que el gobierno le transfiera a su cuenta bancaria, todos los meses, la respetable cantidad de 35.000 pesos (unos dos mil eurillos).
Es decir, que estamos en presencia de un contrato abierto, sin obligaciones tasadas (excepto el pago del precio de los servicios) y probablemente ilegal, en tanto las obligaciones de una parte quedan a criterio, a voluntad o en las manos de la otra. Esos son los contratos que con tanto esmero «delinea» el súperexperto en Derecho, señor Ramiro Simón Padrós.
Influencia sobre las tasas
Luego de la firma del contrato, las partes brindaron en un acto íntimo. «Si subieron las tasas, es lógico que nosotros también subamos las copas», dijeron al unísono entre burbujas y chinchines.A nadie le preocupó el hecho de que por contratos como estos y por la amplia discrecionalidad del Gobernador en materia de empleo público (rayana en la irresponsabilidad más absoluta, que ha llevado a Salta a experimentar un déficit fiscal de miedo, que amenaza la estabilidad financiera del gobierno), el mercado internacional de capitales haya penalizado a Salta y le haya impuesto una tasa de financiación reservada solo a los espacios más subdesarrollados y poco fiables del planeta.
Seguramente no pagará la sobretasa el ilustre señor O'Donnell, cuyo domicilio fiscal no se encuentra en la polvorienta Salta sino en la amplia y luminosa Avenida del Libertador, en Buenos Aires.