¿Por qué no buscamos debajo de las piedras a los asesinos de las turistas francesas?

Las promesas del Ministro de Seguridad de Salta, Alejandro Cornejo D'Andrea, de que buscará «hasta debajo de las piedras» a los culpables de haber quemado a dos policías en una revuelta popular en Morillo han sido recibidas con lógico regocijo por los mandos policiales quienes con razón imaginan que el ministro pasará a la acción y no dejará impune la quemazón de sus hombres.

Al ministro parece haberle importado poco que el hecho de encuentre bajo la órbita de un fiscal o de un juez y, como buen padre de familia, ha anunciado que saldrá a la caza de los autores de la ofensa a sus subordinados.

A todos nos gustaría que el gobierno mostrara la misma determinación y firmeza, que empleara la misma energía y los mismos recursos (incluidos los anímicos) para investigar otros crímenes; por ejemplo, los que no han tenido como víctimas a policías en acto de servicio.

La sociedad espera desde hace muchos años que la Policía se implique más en el esclarecimiento de hechos muy graves cuyos culpables siguen sin aparecer.

Sería muy interesante que un buen día el señor Alejandro Cornejo D'Andrea reconociera que, con independencia de lo que pudieran decir los fiscales, le gustaría buscar «hasta debajo de las piedras» a quienes violaron, golpearon y asesinaron a Cassandre Bouvier y Houria Moumni, para ponerlos a disposición de la justicia.

Lo que no es posible (y es muy malo para Salta) es que un funcionario salga a prometer vendetta (una vendetta legal, por supuesto) solo porque las víctimas son policías bajo su mando. La reacción debe ser igual de contundente y rigurosa cualquiera sea la condición y el estatus laboral de la víctima.

Todo el mundo alberga la esperanza de que el ministro Cornejo D'Andrea busque debajo de las piedras a todo aquel que se esconde del largo brazo de la ley. En el caso de los violadores y asesinos de las turistas francesas, casi todo el mundo sabe que ni siquiera hará falta darle la vuelta a los pedruscos para dar con los culpables. Que es cuestión de animarse y de ir para adelante.