
No es tanto la ambición de poder como el afán de alcanzar la santidad lo que mueve a estos tres hombres descollantes a realizar las exteriorizaciones más visibles de su fe y los empuja cada día a trascender por encima del resto de los mortales.
Aun cuando se avecinan cambios profundos en el gobierno y en el mapa político, el Triduo Los Panchos, como se los conoce en los recoletos pasillos del Palacio Arzobispal, tiene asegurado volver para el Milagro 2016 (si es que un sismo no lo impide), pero con roles ligeramente diferentes.
Zottos volverá a ocupar la pole position debajo del púlpito; es decir, del lado de la cuerda y próximo al Panteón de las Glorias del Norte. Pero no lo hará ya como presidente nato del Senado provincial sino en calidad de Vicepresidente Primero de este cuerpo, cargo que ocupará con seguridad, a menos que sus futuros compañeros de cámara se decidan a elegir por trigésimo quinta vez a Mashur Lapad.
Isa volverá a lucir su mejor estampa, del lado opuesto de la nave central; es decir, más cerca de la salida que da al Banco Macro. Pero no lo hará ya como encargado de los asuntos municipales, sino como Vicegobernador de la Provincia. Aunque las lenguas más perversas de su entorno aseguran que estrechará la diestra del arzobispo Cargnello en calidad de Gobernador, por los motivos que veremos en el párrafo siguiente.
Urtubey de seguro estará presente en el Milagro venidero. Su ubicación en templo es totalmente perpendicular al retablo y al altar mayor, en cuyas proximidades se supone mora el Espíritu Santo. Urtubey estará, como siempre, acompañado en el envite por su señora madre, a no ser que para esas fechas tenga que volar urgente a Nueva York, esta vez no para renovar el plazo fijo, sino para asistir, en su futura calidad de Ministro de Relaciones Exteriores y Culto del presidente Scioli, a una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Hablamos de un enroque de figuras que cuenta ya con la bendición de dos de los principales interesados, socios del gobierno: el Arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, y el presidente de la Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes, Carlos Diez San Millán; el primero en su condición de representante de Dios en este valle de lágrimas y el segundo como representante y albacea testamentario del héroe gaucho.
Cuando todos vuelvan a reunirse el próximo septiembre, siempre bajo los iridiscentes brocados catedralicios, el Arzobispo pronunciará una homilía ecléctica e intertextual, en la que mezclará pasajes del Evangelio con referencias más terrenas al «esfuerzo redoblado» (Zottos), a la «lógica del desarrollo sustentable» (Urtubey) y a la próximamente huérfana «familia municipal» (Isa).