La diputada provincial Irene Soler Carmona, electa en las listas del opositor Frente Salteño, es la autora de un proyecto de resolución cuyo objeto es que los votos emitidos por cada uno de sus colegas diputados durante las sesiones sean publicados, con los nombres y apellidos de sus autores, en la página web de la Cámara de Diputados de Salta. Sin estridencias y con una concisión digna del mayor encomio, la legisladora ha justificado esta interesante iniciativa diciendo que, con ella, «cada ciudadano podrá consultar de forma sencilla y sin intermediario cómo vota cada uno de sus representantes».
Soler ha dicho además que la aprobación de su proyecto permitirá avanzar hacia una «institución más transparente», lo que convierte a su iniciativa en una de los escasísimos gestos de los poderes públicos provinciales hacia formas más transparentes de gestión de los asuntos públicos.
La diputada ha dicho también que esta metodología -la de la publicación de los votos junto a los nombres de quienes los han emitido, «ha sido promovida a nivel nacional por la Asociación por los Derechos Civiles y está vigente en parlamentos de todo el mundo».
Si bien esto último no es del todo cierto, no puede restarse mérito a la iniciativa de Soler, que, de ser aprobada, supondría una pequeña revolución en la forma en que los ciudadanos evalúan la tarea de sus representantes en las asambleas populares, una forma que, hasta hoy, se limitaba con contabilizar el tiempo que cada legislador empleaba en el uso de la palabra o el número de proyectos presentados, sin importar si los mismos son tratados o no por las cámaras.
El proyecto de Soler permitirá que los ciudadanos juzguen, entre otras cosas, el acierto, la coherencia o el nivel de compromiso de los legisladores con las necesidades y la opinión de sus representados, así como confeccionar un mapa de su desempeño parlamentario.
Aunque Soler no lo dice abiertamente, la aprobación de su proyecto puede contribuir a estrechar las relaciones entre electores y elegidos y forzar un control más directo y eficiente del ejercicio del mandato representativo, mediante un proceso de rendición de cuentas abierto y permanente.
No caben dudas de que Soler interpreta, mejor quizá que ninguno(a) de sus compañeros(as), el sentido y la orientación de los cambios políticos que reclama la ciudadanía para avanzar hacia una democracia más sólida y más transparente.