Gracias Fabiola

  • La primera dama está sufriendo críticas despiadadas de propios y ajenos. Sin embargo, Fabiola merece nuestra admiración y respeto. Fabiola, al festejar su cumpleaños no sólo gritó que el rey está desnudo, también nos pintó como sociedad y desnudó a varios de los paladines del absolutismo.
  • Absolutismo y corrupción

Fabiola, consciente o no de lo que hacía, nos enseñó que desobedecer las leyes injustas es una obligación, incluso si se comparte el lecho con el dictador de esas leyes. El propio Presidente parece adherir a esta postura así que en este punto hay que hacer un pequeño reconocimiento a su coraje mientras se critica su pusilanimidad y desvergüenza.


Nuestra heroína también puso en evidencia a los jueces y fiscales timoratos que optaron por hacer vista gorda con decretos inconstitucionales y persiguieron a los ciudadanos por solo querer ejercer sus derechos fundamentales. Para colmo de males, los jueces adoptaban esta postura sólo para congraciarse con quienes en el fondo coincidían con sus víctimas.

Aplaudamos a Fabiola una vez más, ella fue quien demostró que Cristina y muchas otras que se llenan la boca defendiendo a las mujeres sólo esperan que las tengan calladitas y controladas cuando el machirulo es uno de los propios.

Tampoco se salvan los opositores del genio de Fabiola. Lejos de criticarla, debieron aplaudirla porque les dio la razón. Pero no, optaron por pedir que la metan presa demostrando que son iguales que Alberto y que su vocación es la de violar nuestros derechos más básicos. Incluso el paladín de la libertad Milei pidió cárcel para todos los festejantes. La casta política argentina aspira a que se los obedezca por ocupar un puesto y no a liderar con autoridad moral una sociedad compleja.

A una persona que no tiene el coraje de hacerse cargo de sus actos sólo le cabe el adjetivo de pusilánime y eso es lo que el Presidente ha hecho. Nos tiene acostumbrados Alberto a echar culpas a otros por todas sus incompetencias pero a Fabiola le debemos la oportunidad de ver hasta dónde es capaz de ir un pusilánime de la magnitud de quien nos gobierna.

También hay que mencionar al “amigo” que compartió las fotos. Al buchón que todos conocemos. Gracias Fabiola, tenemos muchos vecinos que miran la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio y nos ayudaste a ver lo molestos que son aunque tu pareja sea el que los invita a comportarse así. Lejos de ser una sociedad que se comporta con una consciencia común, nos encanta señalar lo que hace mal el otro.

Pero lo más lindo es que Fabiola nos hizo libres. Todos los que se juntaron a escondidas con amigos, los que visitaron a sus padres por la pena de verlos solos, los que invitaron amiguitos a su casa para que sus hijos dejen de perder el pelo por los nervios, los que salieron a tomar aire, los que fueron a entrenar, todos los que supieron que su libertad es más valiosa que cualquier decreto, todos los argentinos recibimos una caricia y un guiño. Los argentinos amamos la libertad, Fabiola también.

Gracias Fabiola.