
Según Infobae (edición del 12 de agosto), el objeto fue reforzar vínculos con el PCCh para -temblemos- formar cuadros políticos, por un lado; por otro, “intercambiar experiencias en torno a la pobreza y las políticas pospandemia”.
Quiénes disertaron y qué dijeron parece información clasificada; tampoco se sabe quiénes fueron los interlocutores y su rango, aunque sospecho que ellos pusieron suplentes. Así y todo, aunque fuese David sin honda en amable tercer tiempo con Goliath, en algún momento sabremos las efectividades conducentes del encuentro, aunque en mi imaginario PJ y PCCh son diametralmente opuestos.
La ocasión sirvió para rememorar la famosa carta (escueta y formal) que Perón remitiera a Mao Tsé-tung, en julio de 1965, llevada por un grupo de “jóvenes idealistas” que viajaba a China para entrenarse en la lucha armada. En esos años ambos líderes coincidían apenas en la multipropósito tercera posición. Como se recordará, el 1º de mayo de 1974 el propio gran conductor echó de la Plaza de Mayo a los imberbes infiltrados en su movimiento.
China jugará su juego
Habiendo leído algo sobre China, advierto que todo lo que encara está meticulosamente calculado. Como afirma S. Huntington en El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, la superpotencia recuperó el ethos confuciano que impregna su sociedad: largo plazo, consensos, subordinación de los intereses individuales, autoridad, esfuerzo, disciplina, cobran mayor sentido para el país que es la tercera extensión territorial del planeta (9.596.560 km²) y segundo en población (1.403 millones de habitantes).Huntington sostiene que en este durísimo juego de poder, caben tres posibilidades: hacer contrapeso en soledad o mediante alianzas para equilibrar el de las potencias predominantes, subirse al carro del ganador o una combinación de ambos. Por tanto, la reciente aproximación PJ-PCCh será útil siempre y cuando seamos conscientes de la muy despareja relación de fuerzas, por un lado; por otro, asumamos la necesidad de definir cómo nos ubicaremos en el rediseño geopolítico multipolar en gestación.
Antes de precipitar alineamientos, urge definir la estrategia nacional con visión necesariamente peninsular, bioceánica, antártica y de proyección suramericana fundada en nuestra tradición hispano-indoamericana. ¿Tiene esto claro nuestra dirigencia, toda dirigencia?
Así visto, la cuestión trasciende el voluntarismo del PJ, aún asumiendo que haya sido suficientemente analizada por los órganos partidarios y que toda la dirigencia peronista conoce lo que se debatió y cómo continuará esta vaina.
Si pretendemos un país que proyecte y afiance sus intereses de largo plazo, sería oportuno un gesto de convivencia democrática del PJ, cual sería compartir con los principales partidos opositores la reciente experiencia, pues ese encuentro impactó en la política exterior nacional; lo cual no implica restarle iniciativa al PJ en su gesta con China.
Por lo demás, ojalá este paso sacuda la inoperancia partidaria generalizada, uno de los graves problemas de la política criolla, ya que hace rato aquellos no conectan con los requerimientos populares de paz, pan, techo y cultura. ¿Qué discutir entonces con el PCCh sin partidos movilizados, esclarecidos y respetados?
El reciente intercambio cupular puede resultar interesante en tanto se advierta que, para la idiosincrasia china, ese país fue y será el centro del mundo. Si además no tomamos conciencia de la despareja relación de fuerzas entre ambos países, tal aproximación, oficializada, podría resultar contraproducente. El gigante asiático no regala nada y si alguien piensa que la ingeniería política-económica construida pacientemente por Pekín en las últimas décadas está supeditada a la ideología, se equivoca de cabo a rabo.
Sugerencia y recomendación
Para finalizar, y asumiendo que ya estamos en un baile, me animo a sugerir que la próxima delegación pejotista procure concertar una entrevista con Yao Yang, decano de la Escuela Nacional de Desarrollo de la Universidad de Pekín, a quien conocí -honestidad intelectual obliga- a través de una nota suya publicada el 22 de octubre de 2019 en el portal Project Syndicate, titulada “El secreto a voces de la economía del desarrollo” (disponible en https://www.project-syndicate.org/commentary/development-economics-nobel-open-secret-by -yao-yang-2019-10/spanish).En ella, Yang sale al rescate “de la economía clásica del desarrollo de los años cincuenta”, cuyos referentes hace decenios habían advertido la importancia del ahorro interno como base del crecimiento de las economías subdesarrolladas.
Cuando tocó el tiempo de hacer desarrollo en Iberoamérica, agrego yo, a mediados del siglo pasado, carecíamos de esa capacidad y debimos recurrir a un crédito internacional que usualmente condicionaba y direccionaba las inversiones. Por esa misma época, China acumuló capital mediante ahorro interno: su tasa nacional de ahorro -sostiene Yang- nunca fue menor al 20% del PBI antes de 1978; luego creció de manera constante hasta alcanzar el 52% del PBI en 2008. Eso no quiere decir que no la haya pasado muy duro, mas los frutos están hoy a la vista.
Para concluir esta breve exégesis del académico chino, rescato lo siguiente: 1 – para aprovechar al máximo el ahorro interno acumulado, un país debe consolidar capacidad industrial (“Ningún país -asegura- llegó a ser una economía importante sin convertirse en potencia industrial”); 2 – para lograr la industrialización, un país debe ocuparse de lo que otros no quiere hacer, alentando al mismo tiempo “un infatigable espíritu emprendedor”. Para Yang, China hizo las dos cosas: exportó productos con alto valor agregado y desarrolló una estructura productiva lo más completa posible. Y hasta acá llego; nuestros economistas sabrán cómo actuar en esa dirección.
La recomendación: sería muy importante introducir en futuras sesiones, cuidando eso sí de no enojarlos, un firme reclamo contra la depredación de los recursos de nuestra zona económica exclusiva, que diariamente las flotas ploteras chinas saquean con desparpajo e impunidad. Y siendo el PJ promotor histórico de la justicia social, se proteste por el abandono de sus tripulaciones esclavas en puertos argentinos cuando algún solitario patrullero de Prefectura las captura. Con esto podríamos darnos por bien servidos.