Cuenta su autor que quiso componer una canción de ciencia ficción en la que relataba el imaginario colapso de la ciudad de Nueva York, relatado por un neoyorquino a sus nietos en la apacible Miami de 2017.
Aquel apocalipsis de la Gran Manzana distaba mucho de ser meramente imaginario. La canción fue compuesta cuando Billy Joel vivía en Los Angeles y Nueva York, su ciudad natal, se encontraba al borde del colapso financiero.
Acorralada por la bancarrota, la ciudad pidió el auxilio del gobierno federal, pero la ayuda le fue denegada. En aquellos días, el New York Daily News publicó su famoso titular: «Ford to City: Drop Dead». Con su sonora negativa, el presidente Gerald Ford le decía a la ciudad de Nueva York: «Muéranse».
Billy Joel suele contar que, por entonces, la gente de Los Angeles -incluidos algunos neoyorquinos que se habían establecido en California- se burlaban de los problemas de Nueva York. Cuando él comprobó aquel desdén, se juramentó de volver a Nueva York si la ciudad terminaba por caer en desgracia.
De esta decisión de volver aun en circunstancias muy difíciles nació esta canción, que Billy Joel interpretó en varios conciertos benéficos organizados para paliar momentos especialmente trágicos para la ciudad, como el que se organizó después de los atentados a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 o tras el paso del huracán Sandy en 2012.
Dos días después del segundo concierto benéfico, el autor de estas líneas grabó la canción, en homenaje a los neoyorquinos y a su autor, que se volcó con ellos en la reconstrucción de los lugares más castigados por el huracán.
Hoy, en una Salta de calles desiertas y desoladas, con la actividad prácticamente paralizada, quizá sea un buen momento para volver a escuchar esta canción.