El Secretario de Turismo de Salta celebra su boda... en el extranjero

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Si el Ministro de Salud Pública del gobierno provincial de Salta eligiera un hospital de Houston, en vez del criollazo Hospital San Bernardo, para operarse de una hernia estrangulada, a buen seguro le lloverían las críticas y las redes sociales harían picadillo su prestigio en cuestión de pocos minutos.

Algo parecido le ha sucedido o le está sucediendo, para mejor decir, al Secretario de Estado de Turismo del gobierno provincial de Salta, señor Estanislao Villanueva Cornejo, que en los hechos desempeña el cargo de mayor importancia en la administración turística del Estado, después del ministro del área.

El señor Villanueva ha tenido la feliz -para él- ocurrencia de celebrar su bodorrio, pero no al estilo «puna chic» que inauguró y clausuró el mismo día el Gobernador de la Provincia, sino en un fastuoso hotel propiedad de una cadena multinacional, que para más inri no está ubicado en Salta, sino en el Uruguay.

La boda, llamativa donde las haya, ha sido ampliamente ventilada en la sección editorial del sitio web muycritico.com.ar, que ha titulado el artículo de un modo bastante peculiar: «El lujo es vulgaridad».

Probablemente al señor Villanueva no le ha resultado suficientemente atractiva la Provincia de Salta para celebrar su boda, o tal vez cuando se puso a echar las cuentas vio que los precios en esta provincia son carísimos, incluyendo el costo, generalmente muy elevado, del desplazamiento de amigos y de incondicionales.

El problema es que, hacia afuera, el señor Villanueva acostumbra expresar tales niveles de satisfacción con las maravillas naturales y culturales de la Provincia que le paga el sueldo, que muchas veces al referirse a Salta da a entender que se trata del mejor lugar que existe en el planeta para hacer muchas cosas, entre las que al parecer no se encuentra el casarse.

Da igual si el turismo de Salta marcha bien o mal y si lo hace por acierto o por culpa del señor Villanueva. Poco importa si la factura del Sheraton uruguayo fue estratosférica o no. Lo que no se puede discutir, a partir de ahora, es que hay lugares mucho más atractivos que Salta para gastar el dinero, para reunirse con sus amigos y para descorchar botellas. Colonia, en Uruguay, es una de ellos. Y dicho por un experto en estas cuestiones.

Hace algún tiempo, el siempre bien inspirado señor Villanueva calificó en un tuit de «infame» un artículo publicado en estas mismas páginas que criticaba ciertos aspectos del turismo de Salta. Pasado el tiempo, no cabe sino aplaudir que el señor Villanueva haya cambiado de opinión -no sobre el artículo, que probablemente siga siendo para él «infame»- sino sobre la pobreza casposa de ciertos aspectos del turismo de Salta, que -¡vaya casualidad!- son mayoritariamente los que él controla desde su alto cargo. De no haber cambiado de opinión, el señor Villanueva no habría dudado y se habría casado en nuestros actractivos pero deprimidos valles.

Pero como la felicidad, así como la opería, no deben ser objeto de mofa ni de críticas, no corresponde devolver el adjetivo a modo de venganza, porque quien se hace acreedor al desprecio por una causa tan poco relevante como esta, siempre merece el menor y más discreto de los desprecios.

Por eso, ahora solo cabe desear al veleidoso funcionario un largo, sosegado y prolífico matrimonio, en el que la «ocupación» roce el 100 por cien, incluso en días de feriado largo.

¡Salud, señor Villanueva!