
Como Del Potro, Salta escala posiciones en el ranking, pero no en la buena dirección, como lo hace la Torre de Tandil. Según los resultados por aglomerados urbanos del segundo trimestre de 2018 de la Encuesta Permanente de Hogares que elabora el INDEC, Salta ha ingresado en el top five de los territorios argentinos que ostentan el dudoso privilegio de tener una tasa de desempleo de dos dígitos.
El Nadal de este ominoso ranking es Rawson-Trelew, con una tasa de desempleo del 11,7. Le siguen el Gran Buenos Aires, con el 11,4; Santa Rosa-Toay, con el 11,1; Córdoba con el 10,8 y Salta con el 10,0.
La Provincia gobernada por Juan Manuel Urtubey -el conciliador eficiente- tiene no solo una tasa de desempleo superior a la media nacional (que es del 9,6), sino una tasa de actividad inferior a la media (45,6 frente a 46,4), una tasa de empleo también inferior (41,1 frente a 41,9) y una de las tasas de personas ocupadas que demandan empleo más altas de todo el país (23,0 frente a 16,0).
Bien es verdad que la situación no es para tirar cohetes en ninguna parte del país, pero las malas cifras de la contabilidad laboral de Salta contrastan notablemente con las de poblaciones vecinas como Jujuy-Palpalá (con una tasa de desempleo del 5,9) o La Rioja (con una tasa nórdica del 2,3).
Muchos no ven catastrófica la cifra del 10 redondo que ha alcanzado Salta. Quizá por aquello de que el 10 es el número de la camiseta que lució el más grande, o porque es la máxima nota que alguien puede soñar con obtener en un examen, quitando a los aspirantes de los concursos del Consejo de la Magistratura, que sacan notas de 18 o de 25.
El caso es que el 10 no es un buen número para Salta, pero mucho menos lo es para su Gobernador en su alocada carrera hacia la Presidencia de la Nación. Baste recordar que en Francia, el desempleo alcanzó el 8,9 en febrero pasado y es considerado un drama nacional.
Esta cifra pone en duda no solamente el acierto de las políticas del gobierno provincial para corregir el rumbo de la economía, sino los conocimientos del gobernador Urtubey en la materia. Si la tasa de actividad de Salta fuese superior al 50 por ciento, como lo es en la Capital Federal, la tasa de desempleo podría superar tranquilamente el 15 por cien. No hay más desempleo en Salta precisamente por la baja tasa de actividad y no hay más actividad económica en Salta porque el gobierno falla en sus cálculos y aplica mal sus remedios.
¿Cuánto sufrirían los trabajadores argentinos si Urtubey fuese Presidente? El que quiera saberlo, puede consultar toda la serie histórica del INDEC de 2008 en adelante y mirar los indicadores que miden el empleo público en Salta en el mismo periodo; fijarse en los acuerdos que se han suscrito en los últimos diez años entre trabajadores y empleadores en el territorio provincial y repasar la forma en que Urtubey se ha relacionado con los sindicatos, empezando y terminando por analizar los esfuerzos que hace su Ministra de Trabajo -alto punto de la más poderosa patronal de la Argentina- para congraciarse con unos sindicatos a los que desconoce y a los que considera, por su origen, sus naturales antagonistas.