
Según el gobierno, en la primera jornada de clases tras las vacaciones de invierno, el acatamiento a la huelga fue solo de un 7%, mientras que para Docentes Unidos la cifra se eleva al 40%.
Lo que parece cierto es que la adhesión a la medida fue dispar en todo el territorio provincial, pues el propio gobierno ha admitido que en ciudades como Orán, Cafayate, Salvador Mazza y San Carlos hubo una mayor cantidad de docentes que dejaron de acudir a su trabajo, mientras que en otras, como Metán, Rosario de la Frontera y Cachi, la adhesión fue menor.
Después de estas primeras fintas, ninguna de las partes parece dispuesta a ceder. El gobierno ha anunciado que continuará dialogando con los huelguistas, pero no parece dispuesto a acceder a sus peticiones. Los docentes, entre tanto, no parecen desanimados por lo que a primera vista parece como un fracaso de la huelga, y anuncia que el paro continuará hasta que el gobierno recapacite. Así lo ha dado a conocer ayer el dirigente sindical Ramiro Maldonado Claure.
El gobierno ha vuelto a amenazar a los docentes con el descuento de los días no trabajados, pero en la memoria de todos está el hecho de los días de huelga que paralizaron las escuelas entre marzo y mayo pasados, fueron pagados religiosamente por el gobierno, que también en aquella ocasión había intentado presionar con el argumento del descuento, pero que después accedió a pagar a cambio de la presentación de un ridículo «plan de recuperación de contenidos».