Sería aceptable -aunque igualmente incorrecto- que la frase se entienda en el sentido de que el "área de influencia de la comisaría comprende a una población de 27.000 habitantes". Sin embargo, el uso del verbo "contener" en tiempo futuro hace pensar que la comisaría "ejercerá funciones de contención sobre una población de 27.000 habitantes", lo cual no es sino un insulto a los cerrillanos, al dejar entrever que si alguna institución habrá de proporcionar "contención" a estos ciudadanos, esa será la policía.Curioso simbolismo
Es natural y hasta deseable que el intendente del lugar -así como el cura- estén presentes en una inauguración de esta naturaleza. La paradoja es que el intendente de Cerrillos es, desde hace tiempo, una de las personas más requeridas por la justicia penal de Salta. El hecho de su presencia en la inauguración de una dependencia administrativa colaboradora de la justicia que lo mantiene procesado en varias causas, no sólo es llamativa sino que puede ser interpretada en varias direcciones.
Del criadero de chanchos al 'moderno' edificio de seguridad
La nueva comisaría cuenta con 40 efectivos policiales que están afectados a tareas preventivas y de asistencia a los pobladores de Cerrillos. Está emplazada al frente de la plaza principal y en sus instalaciones funcionarán oficinas que permitirán cubrir el servicio de la guardia, sumariante, jefe de dependencia, mesa de entrada, equipo de violencia familiar y el inverosímil Cuerpo Infantil de Policía. Para esta obra el Gobierno de la Provincia invirtió $815.000. A esta comisaría también se suman otras tres que aún están en obra como la Nº42 de Tartagal con una inversión de $1.515.119,27 ; la de General Mosconi con una inversión de $698.808,00 y la Comisaría Zona Sudeste de Barrio Solidaridad que se licitará la semana próxima y cuya obra exigirá un presupuesto de $1.142.892,65.
A la vista de las fotografías, de lo único que puede presumir el gobierno es de haber acabado con aquella casona con aspecto de pulpería, en cuyos fondos los trabajadores policiales criaban chanchos para consumirlos a fin de año y de cuyos calabozos, en algunas épocas, salían presos de poca monta para cortar el césped en la propiedad de un recordado intendente del lugar.
El nuevo edificio hace honor a la línea arquitectónica del entorno, ya que el edificio de la Municipalidad, donde ha sentado sus reales para siempre el intendente vitalicio, es un bonito chalet pero un muy mal edificio municipal. La nueva comisaría parece un pequeño supermercado, un jardín de infantes, o la casa de algún vecino amante de las viviendas "de material", pero está lejos de ser un buen edificio de comisaría.