
En declaraciones que publica hoy Nuevo Diario de Salta, Romero afirma que se pudo "haber ganado con mayor diferencia, y está claro que esta división debilita al gobierno provincial y al municipal". Esta visión no coincide con la del gobernador Urtubey que, al contrario, se siente fortalecido tras las elecciones y, menos aún, con la del intendente Isa, quien -pese a la evidencia- sigue mostrándose feliz porque "su gestión ha sido plebiscitada".
Romero dijo también a NDS que "los salteños están preocupados, por problemas como la pobreza, la desocupación, la inflación y no por la pelea entre peronistas". Se trata de un diagnóstico que el exgobernador viene efectuando desde que dejara su cargo, ya que durante sus doce años de mandato no hubo -al parecer- ni pobreza, ni desocupación, ni inflación y, menos todavía, "peleas entre peronistas".
Finalmente, Romero recurrió al tópico peronista de "si todos los sectores se hubieran unido, el triunfo hubiera sido más contundente aún". Esta declaración refuerza la impresión de que Romero piensa que en Salta son peronistas hasta los árboles y las piedras, y que confía en la existencia de una ley física que obliga a los "sectores" a unirse. Otra vez, el senador peronista se muestra muy poco respetuoso con las fuerzas políticas minoritarias y con el rol de la oposición.