El congreso justicialista de Salta convierte un partido acéfalo en uno bicéfalo

El Partido Justicialista de Salta ha vuelto a ofrecer un lamentable espectáculo cívico, al reunir ayer a su congreso provincial -el máximo órgano de decisión partidaria- en condiciones tumultuosas y de enfrentamiento abierto entre dos corrientes falsas, cuyos líderes aparentes, sin embargo, están prácticamente de acuerdo en todo lo que hacen, aunque no en lo que dicen. Otra sesión del Congreso del PJ de SaltaCon Urtubey encerrado en su tupperware y Romero viviendo de verano en verano (el senador vaga en busca de los solsticios del estío por los diferentes hemisferios del planeta, para huir del frío), un centenar de "convencidos" se reunió ayer para debatir el futuro del partido político más influyente de la moderna democracia salteña, en un clima enrarecido por una resolución judicial anterior que prohibió a los congresales sesionar con un orden del día determinado.

La reunión, en la que no faltaron los clásicos "pechones", las provocaciones verbales y alguna que otra escenificación de un inverosímil pugilato, concluyó con la consagración de una bicefalia partidaria, al ser reformada la Carta Orgánica del PJ -sobre tablas y sin debates significativos- para alumbrar a un nuevo órgano llamado "Comisión de Acción Política" que, de ahora en más, presidirá el gobernador Urtubey, y que se superpondrá a la formal conducción del senador Romero, cuya presidencia ya ha sido declarada por algunos "vacía de contenido".

"El partido está acéfalo", justificó la excandidata a diputada Mercedes Junco. Y a falta de una cabeza, ahora el PJ tiene dos, por aquello de que "lo que abunda no daña". Sólo faltó que el grupo de los congresales triunfante, con el ínclito reformador a la cabeza, el exrromerista Luis Rodolfo Giacosa, entonara, en vez de la preceptiva marcha peronista, el tango "Por una cabeza".

El papel de "noble potrillo" fue ejercido en la reunión por el camionero Jorge Guaymás, antes urtubeysta, ahora wayarista, que tomó el micrófono rodeado por una media docena de fornidos profesionales del volante que lo arroparon para evitar algún hecho desagradable. El dirigente sindical dedicó un sonoro párrafo al veleidoso Giacosa, a quien exhortó a "cambiar el cassette" y decidirse: "Antes con Romero, ahora con Urtubey... parece el Partido Obrero", dijo Guaymás al exdiputado y exrromerista.

Guaymás dijo también que no participará en las elecciones provinciales de septiembre próximo en las boletas del PJ. "Es mi mayor desdicha, pero en las listas de este PJ no hay hombres del movimiento obrero, pero si familiares de legisladores y funcionarios".

Lo paradójico fue que el congreso peronista, convocado para tratar el pedido de los congresales de Urtubey para aplicar sanciones disciplinarias a Romero, Wayar y Brizuela, rápidamente dejó de lado este punto del orden del día, "por cuestiones técnicas". Estas cuestiones son que el Tribunal de Disciplina partidario está desestructurado y no ha podido sesionar válidamente para emitir su veredicto al respecto. Dos de sus miembros, María del Valle Falcón e Hilda Lobos han renunciado.

"Basta de carreras, se acabó la timba... un final reñido yo no vuelvo a ver", dijo entonces esa formidable máquina de manipular cartas orgánicas "a medida" en que se ha convertido el señor Giacosa, poco antes de conseguir que el congreso introdujera, de una sola tacada, sin previo aviso y ninguna posibilidad de debatir, dieciséis enmiendas a la carta orgánica partidaria, en su mayoría trampas para anular o minimizar el disenso interno. Otra paradoja (esta vez una parajoda) del que se dice "el partido más democrático del mundo".

El congreso también nominó a los dieciocho valientes que conformarán la CAP (la comisión de acción política, no la lata de picadillo homónima). Asimismo, designó a dedo alzado a los 35 que se desempeñarán como congresales nacionales de un partido virtualmente inexistente en el orden nacional, y a los miembros de la mesa del propio congreso, cuyo mandato se encuentra a punto de finalizar.

Resultado: Urtubey no ha conseguido la solución institucional que esperaba y, al contrario, ha conseguido una "atada con alambre". En este nuevo fracaso ha influido el peso de la medida cautelar impuesta por el juez electoral de Salta, que no ha podido ser eludida por el enorme talento jurídico en distancias cortas del sagaz Giacosa.

Un partido acéfalo se ha convertido ayer en un partido bicéfalo. Ahora sobran cabezas, pero sigue faltando cerebro. Si la acefalía fue superada, no puede decirse lo mismo de la anencefalia partidaria, que no ha podido ser solucionada ni por el imaginativo Giacosa.

A pesar de ello, la alegría en filas del gobierno parecía incontenible. Tanto, que hacia el final del encuentro algunos dijeron haber visto a un ministro, de ambigua fama, retirarse del lugar cantando con los ojos brillosos: "Pero si algún pingo llega a ser fija el domingo... yo me juego entero, ¡qué le voy a hacer!"