Urtubey y su lección de historia: 'El PJ no es una federación de partidos provinciales conservadores

El gobernador Urtubey se ha probado ayer el traje de presidente del Partido Justicialista de Salta. Aclamado por quienes hasta ayer eran férreos sostenedores de la autoridad del exgobernador Romero, Urtubey habló ayer por primera vez, desde que es gobernador, ante el congreso del partido al que enfrentó en octubre de 2007 y que hoy lo ha vuelto a acoger en su seno.
Gobernador UrtubeyDos pasajes del discurso de Urtubey sirven para dejar en claro que el adversario a batir es Walter Wayar y que la "base ideológica" de su proyecto político (el de Urtubey) es la que surge la vida y obra del exgobernador Roberto Romero, principio y fin de todo justicialismo conocido.

Dijo Urtubey: "El Partido Justicialista es un partido nacional y no una federación de partidos provinciales conservadores". Trazaba de este modo una línea nítida entre el siempre recto y unilíneo Partido Justicialista y el nuevo Frente Federal Peronista, que lleva como candidato a diputado nacional a Walter Wayar. Error histórico mayúsculo del gobernador Urtubey, ya que muchas veces el peronismo -especialmente durante los años sesenta- se expresó como una federación de partidos provinciales conservadores.

En otro pasaje de su discurso, Urtubey denunció un intento de proscripción del peronismo. Así calificó el actual gobernador a la resolución del del consejo provincial del partido al que pertenece. "Tengo autoridad moral para criticar", dijo Urtubey recordando su experiencia en el 2007, cuando rompió el Partido Justicialista para ser consagrado gobernador. "He sufrido sanciones y he sido suspendido, porque no nos podíamos expresar dentro del partido".

Les pidió a los presentes que "salgan a llevar el mensaje de Juan Perón y Eva Perón y el de esa monumental figura que fue Roberto Romero", al elogiar la trayectoria política del padre de Juan Carlos Romero por segunda vez en tres días, en lo que constituye una abierta invitación a la perplejidad: Mientras los mensajes de Perón y de su segunda esposa son bastante conocidos, al del gobernador Romero -que no dejó prácticamente nada escrito y bastante poco hablado- todavía lo están buscando.