Agentes de la Drug Enforcement Administration visitan Salta

No se alcanza a comprender muy bien la razón por la cual el gobierno de Salta ha informado hoy, como si fuese una cuestión rutinaria, de la visita de agentes de la Drug Enforcement Administration, la agencia especializada del gobierno de los Estados Unidos de América en la lucha contra el narcotráfico, que depende del Departamento de Justicia de aquel país. Dice el parte oficial del gobierno de Salta que "miembros de la DEA arribaron a Salta para coordinar, junto a la Agencia Antidroga y la Policía de Salta, tareas que permitan afianzar el trabajo encarado por el Gobierno de la Provincia en la lucha contra en narcotráfico". La DEALlamativo es el hecho de que la información pública del gobierno no haga mención del marco normativo internacional que autorice y dé sentido a la visita de los agentes norteamericanos y que, al contrario, su visita sea presentada como la normal supervisión del "gran hermano" internacional sobre nuestros deberes como Estado soberano respecto de la represión del narcotráfico.

¿Qué tipo de tareas han venido a coordinar los agentes de la DEA? ¿Cuáles son los "contactos nacionales e internacionales para articular acciones que viabilicen la tarea policial y de la justicia"? En materia tan delicada como esta, cualquier cesión de espacios de soberanía debe ser cuidadosa y fundadamente explicada a los ciudadanos.

Salvo a título de curiosidad y como expresión de la voluntad del Estado salteño de cooperar en la lucha contra un fenómeno que excede las fronteras nacionales, como es el narcotráfico, el director ejecutivo de la nueva Agencia Antidrogas salteña pudo haber "explicado" a los agentes de otro país "la finalidad de la creación en Salta" del nuevo organismo.

La misma observación alcanza al papel que el parte de prensa asigna a los policías Mario Paz y Simón Pistán, que habrían "aprovechado la ocasión para comentar el apoyo que tiene la Policía por parte del Gobierno para realizar las investigaciones necesarias y así desbaratar cargamentos o bocas de expendio de droga en todo el territorio provincial". Es que estaría bueno que los policías aprovecharan el cara a cara con la DEA para quejarse del poco apoyo que recibe la fuerza por parte del gobierno para luchar contra el tráfico de drogas.

Tan desenfocadas e innecesarias son estas declaraciones como las que, se supone, ha efectuado el señor Dirk Lamagno, "director regional de la DEA" (no sabemos por qué razón la Provincia de Salta no tiene un "director regional" con competencia territorial en los Estados Unidos de América". Habría destacado Lamagno "el accionar desplegado por la Policía de Salta" (como si fuese una cuestión de "asuntos internos") y "la importancia de poder dar con el paradero de los cabecillas de las organizaciones que mueven grandes volúmenes de droga.

Lo que parece claro, es que la DEA no visitaría la Provincia de Salta para entrevistarse con sus altos funcionarios, si el gobierno norteamericano no estuviese mínimamente preocupado por las cantidades de droga que se trafican en nuestro territorio. Hace años que la DEA tiene a Salta en la mira, y esto no es motivo para que ningún gobierno saque pecho con la visita de agentes de la DEA. Parece claro también, que tanto la Policía de Salta como la nueva Agencia Antidrogas tienen derecho a hacer su trabajo sin incómodas supervisiones internacionales, como derecho también a recabar el auxilio internacional de agencias especializadas de otros países, incluida la DEA.

No muy satisfechos se tienen que haber marchado los visitantes de la DEA, si se tiene en cuenta que fueron atendidos en Salta por la tercera línea del gobierno y por la segunda de la Policía de Salta.