
En ella se ve al presidente francés Nicolas Sarkozy, junto a su esposa Carla Bruni-Tedeschi, saludando a la pareja presidencial norteamericana, de visita en Francia tras asistir en Londres a la histórica cumbre del G-20.
Reparemos en la actitud de los protagonistas.

Hay varios detalles curiosos en la foto: el primero, y seguramente el menos importante, es que los cuatro protagonistas están mirando en diferentes direcciones. Para empezar, Carla Bruni no le quita el ojo al apuesto presidente norteamericano, pero éste -seguramente advertido del peligro- mira hacia el tendido (hacia "la popular") antes de quedar atrapado en la felina mirada de la cantautora turinesa de los ojos tártaros y los pómulos elevados.
A su vez, Michelle Obama, réplica en dos metros de la Gatúbela que encarnó Eartha Kitt en una de las tantísimas series de Batman, mira hacia otro sitio, sin preocuparse por el posible choque de faroles entre su marido y la siempre audaz Bruni.
Sarkozy parece -sólo parece- mirar hacia el mismo grupo que mira Obama, pero de lo que está pendiente es del cruce de miradas entre el presidente de los Estados Unidos y su mujer. Como no puede evitar que se miren, para decir "aquí estoy yo" y "cuidar el gallinero", Sarko prefirió colocar su mano izquierda sobre el hemisferio izquierdo del trasero de su mujer, tal cual si fuera el mismísimo indio "Flecha Veloz".
El mensaje parece claro: Ustedes pueden mirarse pero aquí, lo que se dice aquí, no entra nadie; ni siquiera el indio Flecha Veloz.