
Afirma Nuevo Diario de Salta que, "a diferencia del 1º de abril de 2008, en que Urtubey llevaba apenas 4 meses al frente del gobierno provincial, en esta ocasión deberá dar explicaciones sobre su gestión durante el año pasado. Su alocución ya no será un diagnóstico de la situación en que dejó la provincia su antecesor, Juan Carlos Romero, sino que deberá remitirse las políticas aplicadas por su administración, muchas de las cuales despertaron polémica".
Desde su instalación en la oficina, el escenario en que se desenvuelve el gobierno de Urtubey ha experimentado cambios bastante profundos.
El primero y más significativo de ellos es el regreso (siempre condicionado) del gobernador a la disciplina del Partido Justicialista de Salta, al que enfrentó con una coalición formalmente antiperonista en las elecciones de octubre de 2007. No se descarta que Urtubey dé a la Asamblea explicaciones sobre este segundo giro, si bien la mayoría de los legisladores salteños no ha demostrado jamás sensibilidad alguna hacia el transfuguismo político.
El segundo de estos hechos es el regreso a los primeros planos de la administración del Estado de personajes directamente vinculados al vasto entramado de intereses y de poder urdido por el exgobernador Juan Carlos Romero y su familia.
El tercero, es el escenario de crisis económica en que se desenvuelve el gobierno desde finales de 2008 en adelante. Urtubey deberá explicar no sólo las medidas que ha tomado en defensa de los empresarios y productores, sino también hasta qué punto aquellas medidas han redundado en benficio de los trabajadores, consumidores y jubilados de Salta.
El cuarto, es el progresivo alejamiento del gobernador de las políticas dictadas por el gobierno nacional y su cada vez más fina sintonía con las posturas romeristas. En el mismo casillero se encuentra el alejamiento (o ruptura, si se prefiere) del gobernador con su acompañante de fórmula, el vicegobernador renovador Andrés Zottos.
En suma, deberá explicar Urtubey por qué un gobierno como el suyo, nacido bajo la promesa de erigirse en una estrella brillante en el firmamento institucional de la República, a poco de andar se ha convertido en un objeto opaco, vulgar, de escasos reflejos, repetitivo y colonizado por los intereses más parciales e insolidarios.
La Asamblea Legislativa está compuesta por los 23 senadores y los 60 diputados provinciales. En la cámara baja, sólo 3 legisladores pertenecen a la oposición, frente a 57 oficialistas. En el Senado, sólo los 2 radicales son opositores, mientras que 21 apoyan a Urtubey.
A diferencia de lo que sucede en otros sistemas políticos, los legisladores se limitan a escuchar el mensaje del gobernador. A su finalización no le es permitido ni rebatir ni apoyar sus conclusiones y, menos, votar. Los críticos de este sistema vienen proponiendo desde hace tiempo sustituir el tradicional mensaje de apertura del año legislativo por un auténtico "debate sobre el estado de la Provincia", en el que tengan voz y voto todos los representantes populares y territoriales.