
Se da el caso que el fallo destitutivo del jurado no es una resolución judicial en sentido estricto, por lo que la única vía que tendría el juez destituido de interesar a la Corte Suprema sería a través del estrecho y azaroso cauce del llamado recurso de queja (que no es propiamente un recurso), que sólo podría interponer para denunciar la violación de sus derechos fundamentales (por ejemplo, la violación de la garantía del debido proceso adjetivo) y que en ningún caso tendría efectos suspensivos sobre el pronunciamiento que ordena su destitución (en el mejor de los casos, seguiría siendo exjuez mientras durase la sustanciación de la queja) y, menos aún, efecto alguno sobre la marcha de la causa penal en la que se halla procesado por un delito de cohecho.
Si, como en casos anteriores, la Corte llega a la convicción de que Solá Torino fue imputado por cargos definidos, tuvo las oportunidades procesales apropiadas para ejercer su defensa y logró la conformación de un tribunal imparcial, que son los únicos extremos que el máximo tribunal podría entrar a examinar, la queja sería desestimada.
En el hipotético caso de que la Corte advirtiera que Solá Torino no ha dispuesto de "oportunidades apropiadas para ejercer su defensa", una eventual anulación por la Corte del fallo destitutorio no tendría más efectos que la repetición del juicio, con subsanación de los defectos en el ejercicio del derecho de defensa del acusado. Salvo que la Corte tardara años en resolver una queja con virtualidad anulatoria, las posibilidades de que el mismo jurado, aun con nuevo juicio, modifique el signo del fallo, son muy remotas.
Cabe recordar que Solá Torino fue hasta hace muy poco titular de una cátedra de Derecho Procesal en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Salta, tarea en la que -según sus alumnos- ponía especial énfasis en "la moral privada de los jueces". Hasta ahora no ha trascendido si el juez destituido ha renunciado o ha sido desplazado de aquella cátedra.
Paradójicamente, el ex juez Solá Torino y su esposa, miembros ambos del Instituto del Colegio de Magistrados y Funcionarios de Salta, son autores de un proyecto en el que abogan por un "sistema de justicia de procedimiento simplificado y proximidad" en el que prime la "reducción de la mora y el mejoramiento de la gestión de los procesos". El ex juez fue destituido en un fulminante juicio de tres días.