La lucha por el peronismo ingresa en una fase decisiva

El inicio del gobierno bicéfalo –formal en la Rosada y real en Olivos- abre una etapa en que la lucha  por el Peronismo ingresa en una fase decisiva, con todas las implicancias nacionales que ello supone. Antes de avanzar en el tema son necesarios algunos comentarios sobre los primeros movimientos del grupo gobernante. ImageComo adelanté en la Nota Nº 4 (30.11.07) ese poder político “formal-real” vislumbrado entonces en la conformación del gabinete con base en el dúo de contrarios “De Vido-Fernández”, va tomando cuerpo no obstante los cuidados para disimular su estructura bicéfala. Pero como sabemos... la realidad es la única verdad y termina imponiéndose.

Lo prueba el discurso inaugural de CFK ante la Asamblea que no fue leído (según lo impone la sabia práctica constitucional) para evitar las definiciones propias de un Mensaje Presidencial sobre metas y programa de gobierno para la Nación. Es que “los objetivos de gobierno y los ejes directrices de gestión, para que el conjunto de la sociedad Argentina sepa hacia donde vamos”, ya habían sido expuestos por NK ante las Cámaras en pleno el 25 de mayo de 2003.

Por ello la Presidenta sólo pudo pronunciar un discurso pobre, lleno de lugares  comunes, con conceptos falsos (“el mayor genocidio de nuestra historia” o el autoelogio por la antirrepublicana “reforma del Consejo de la Magistratura”) y hasta abstractos (“modelo económico de acumulación con matriz diversificada”). Aunque luego se deschavó cuando, desde la visión “políticamente correcta” del ideario socialdemócrata que cultiva el gobierno, habló de “nuestro modelo de acumulación con autonomía razonable en un mundo globalizado”.

Le respondo, ¿qué significa el eufemismo “autonomía razonable”, sino el canon de la alianza internacional liberal-socialdemócrata que busca un mundo de soberanías limitadas presididas por burocracias multilaterales?. Recuerdo a todos estos internacionalistas -hace rato desmontados del Justicialismo verdadero- que Perón sostuvo en el Modelo Argentino que “la Nación no se simula. Existe o no existe”. Por lo demás, lo único que puede extraerse de semejante campo yermo es continuismo a tambor batiente, más de lo mismo, con gruesas omisiones en el discurso “inaugural” que no hacen más que ratificar la línea “político-programática” fijada por Kirchner.         

Néstor K, detentador del poder real, necesitaba desligarse del manejo cotidiano del gobierno para acometer lo que considera su “opera magna”:¡¡Crear dos partidos que reproduzcan el esquema político europeo de “centro-izquierda” ideológicamente socialdemócrata y “centro-derecha” de ideología liberal/conservadora!!.

Para esta gente, la nación y el interés nacional quedan subordinados a la ideología. Ello explica las preferencias transversales por la Concertación chilena, el socialismo español, el francés, los demócratas norteamericanos y cualquier otro que por allí -con sus matices- huela a lo mismo. Es que la línea política para el grupo gobernante, y sus compañeros mundiales, está dada por el “progresismo” que por naturaleza es supranacional (“autonomía razonable”, según CFK) porque privilegia lo ideológico por sobre los intereses nacionales, cuya defensa implica tensión, ruptura y lucha.

El centro de la cuestión es que el intento de alinear a la Argentina en el lodazal del internacionalismo socialdemócrata requiere, sí o sí, el copamiento del peronismo que será instrumentado bajo la “republicana” y “democrática”  reorganización del Partido Justicialista. Es la tarea que personalmente asumió Kirchner y consistirá en despojar al PJ de su identidad nacionalista y movimientista para convertirlo en un “moderno y ágil” partido socialdemócrata, sostenido por una aceitada maquinaria electoral. Este es el punto. El resto, léase el mercado de pases, reafiliaciones, la pseudo oposición con sus dramas, etc., es cartón pintado.  

Es la operación que ya se desató y coloca a los peronistas en un trance difícil: No pueden -por formación- quedar al margen de la reorganización interna (anatema de “los pies fuera del plato”): unos, porque siempre lo hicieron; otros porque son socialdemócratas como el connubio presidencial (neo-agroimportadores, antimilitaristas, revanchistas, rupturistas del movimiento sindical, antinatalistas, indigenistas, etc.); los más, por el conocido virus del oportunismo mutante; y finalmente los de acero, decididos a resistir el embate del internacionalismo.

Por otro lado, soportarán la presión de “el que gana conduce y el que pierde acompaña” útil para alinear/castigar a los opositores de la nueva ideología oficial: el “progresismo globalizado”; PATRIMONIO TAMBIEN DE LA PSEUDO 0POSICIÓN LLAMADA COALICIÓN CÍVICA, SOCIALISTA O RADICAL EN CUALQUIERA DE SUS VARIANTES, todos ellos –incluidas las formaciones K- unidos sutilmente por el transversalismo ideológico de aquél tenor, como vengo insistiendo hace rato.

Veámoslo con un ejemplo, sacado entre tantos. El 24 de enero de 1952 Perón escribió que la lucha del futuro sería económica y que a la guerra fría de predominio, entre EEUU y la URSS, le sucedería una carrera de posesión territorial y reordenamiento productivo; por lo que un grave peligro se desplazará sobre los países de mayores reservas territoriales aptas. Fue profético. Saltamos ahora al día de Reyes de este año cuando el denostado Papa Benedicto XVI, al referirse al mundo de hoy, denunció que “los conflictos por la supremacía económica y el acaparamiento de los recursos energéticos, hídricos y de las materias primas hacen difícil el trabajo de aquellos que se esfuerzan por construir un mundo justo y solidario”.No quedan dudas.        

Siendo así el mundo, ¿cómo responde el gobierno socialdemócrata?: en diciembre del año pasado se anunció la “decisión” de controlar la pesca ilegal fuera de la zona económica exclusiva (ZEE) o milla 201 del Atlántico Sur, habilitándose a la Armada, Aeronáutica y Prefectura a controlarla. Pero ¡atención! no para capturar las embarcaciones sino patrullar y denunciar a los depredadores, a fin de demostrar ante la FAO (organización de las NU para la Agricultura y la Alimentación) el ilícito, y que ésta impida el ingreso a los mercados de los productos mal habidos por un buque de una empresa extranjera.   

También en diciembre G.Bretaña logró incluir en la Unión Europea como territorio soberano las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y el sector Antártico Argentino. El gobierno “rechazó” la pretensión afirmando que en “nada afecta” nuestros derechos soberanos; y el embajador británico, con el orgullo del vencedor colonial, replicó diciendo que lo sucedido “sólo refleja que la realidad es la realidad y que las islas son británicas”. Esto sucedió la víspera del “nuevo” gobierno por eso la Presidenta formal, en su improvisación ante la Asamblea Legislativa, expresó su reclamo “irrenunciable e indeclinable” y que hay que “cumplir el mandato de las Naciones Unidas” de sentarse a negociar por el archipiélago (La Nación 14.12.07).     

Los dos casos mencionados que afectan intereses vitales de la Argentina, caben en la definición geopolítica del mundo de hoy -jerárquico y agresivo por la vigencia de la intervención militar preventiva- que hizo el Papa. Por lo tanto las naciones que luchan por su desarrollo autónomo y consolidación, además de industrializar sus recursos naturales deben contar con un aparato de Defensa contundentemente disuasivo en aire, mar y tierra. 

Pero el gobierno socialdemócrata de NK nunca lo podrá entender ni hacer por su “progresismo” antimilitarista; prefiere la Indefensión a rendir su pabellón ideológico. Mientras tanto, seguirán saqueando nuestro mar y G.Bretaña amenazando directamente nuestro Atlántico Sur, las Islas y con sus nuevas medidas la Antártida y la Patagonia. El oficialismo y la “oposición” juntitos, juntitos pregonan el fin de las hipótesis de conflicto, entonces pregunto ¿lo que hace el Reino Unido no constituye LA hipótesis de conflicto?.

En la práctica el gobierno –atado a sus preconceptos- hace “como si” resolviera tamaños problemas, pateándolos como vimos para que los decidan los organismos “multilaterales” (justamente dominados por las potencias) y mientras tanto declama su celo por la soberanía. 

Alberto Buela explica el por qué de la falta de proyecto del progresismo. Dice que los socialdemócratas gobiernan sobre las circunstancias porque no resuelven los conflictos sino, más bien, los administran o sea simulan resolverlos; además carecen por definición de Proyecto de Nación porque tendrían que enfrentar poderes internacionales, lo que les resulta imposible en razón de que parten del “no conflicto”, transformándose en definitiva en “convalidadores” de decisiones ajenas. Dicha postura se refleja nítidamente en los ejemplos relatados.  

En estos tiempos decisivos LOS PERONISTAS tienen la palabra para reinstalar al Justicialismo como vanguardia del Movimiento Nacional. Tarea difícil que reclama voluntades de acero, aunque sabemos que no hay batallas perdidas de antemano. Lo ha expresado con toda claridad, energía (y esperanza) la “Juventud Peronista de Quilmes”:

“La pelea hoy no es entre la derecha y la izquierda sino entre los que somos NACIONALES y los que son INTERNACIONALISTAS”, “Quien trabaje para el Internacionalismo es enemigo del PUEBLO y, por lo tanto, también enemigo del MOVIMIENTO NACIONAL PERONISTA”.

Los que creemos  en la  necesidad   de   reconstruir  el  Frente Nacional –en tanto alianza de clases y sectores para ejecutar un programa que consolide la Nación superando la mediocridad imperante- debemos contribuir a gestar una nueva época mediante: el esclarecimiento y solución de los problemas nacionales, la lucha contra la desinformación existente, la formación de cuadros políticos y sociales, la acción por la unidad de los argentinos y la construcción del Frente Nacional como instrumento político del cambio.  Es una tarea para todos, que sólo excluye a los que quieren excluirse.