Euskadi y los Derechos Humanos

Esta semana, entre otras noticias importantes en España, hemos estado inmersos en un debate, que el Presidente de Euskadi Juan José Ibarretxe, lleva unos siete años intentando imponer, bajo formas no constitucionales. Me refiero a las pretensiones de independencia respecto del Estado español, de una parte de la ciudadanía vasca. Juan José Ibarretxe, LehendakariEl Presidente de Euskadi, (“Lendakari” sin nos atenemos a la terminología euskera), lleva con esta cantinela unos siete años. Bajo distintos métodos, con distintas formas, sigue y sigue insistiendo en algo, - que de momento – es imposible que prospere. Y lo es, no por el hecho en sí de plantear al pueblo que decida sobre una posible independencia o no, sino por la forma en que se plantea de forma reiterativa la hipotética consulta, ya que se hace siempre bajo un sistema claramente inconstitucional.

De nuevo, y como seguramente el propio presidente Ibarretxe ya esperaba, nuestro máximo órgano judicial, el Tribunal Constitucional, ha declarado de forma tajante, que su planteamiento de una “nueva relación” entre el Estado y una Comunidad Autónoma, no es posible sin una reforma previa de la Constitución existente. Esa Constitución, que todos nos dimos en 1978 como regla máxima que nos dirige y ampara, por encima de gobiernos centrales o autonómicos, que la deben respetar y cumplir. Es decir, lo que viene a señalarle al señor Ibarretxe nuestro máximo Tribunal, es que la soberanía nacional no es divisible por decisión de una comunidad autónoma, y tampoco por un poder del Estado como es el gobierno vasco. El Tribunal señaló que la soberanía del Estado reside en todo el pueblo español, y que sería este, en todo caso (y no sólo el pueblo vasco), quien debería decidir o no, sobre aspiraciones independentistas de una parte de su territorio.

Con otras palabras, y dicho más “clarito”: El señor Ibarretxe está en su cargo y es quien es a nivel institucional, porque la Constitución y el sistema democrático español, ese contra el que tanto clama, le ha permitido ser Presidente de Euskadi.

El Presidente Ibarretxe, ante la sentencia ha declarado que la “acata” aunque no la comparte, y que seguirá luchando para hacer avanzar sus pretensiones. El siguiente paso, según ha informado, será denunciar al Estado español ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Lo hará parece, a título particular. Su denuncia irá firmada simplemente el “ciudadano Juanjo Ibarretxe”, y estampará su firma en una demanda por lo que el considera, una “violación” del Convenio Europeo de Derechos y Libertades Fundamentales. ¡Palabritas mayores!...

La denuncia, será registrada en dos semanas contra el mismo Estado español, que curiosamente el señor Ibarreche también representa –ya que es su máxima autoridad en Euskadi-, y se basará nada más y nada menos que en la presunta vulneración de la libertad de pensamiento, expresión, asociación y participación política.

Realmente habrá vascos que secunden la idea de su presidente, no lo pongo en duda, pero debemos hacer constar que también hay muchos que no la secundan, y que justamente por eso, por sentirse vascos y españoles a la vez, han sufrido, sufren y lamentablemente sufrirán, exilios de su propia tierra (por amenazas terroristas), atentados y extorsiones a sus bienes y pertenencias materiales, y en los casos más extremos, atentados a su propia integridad personal y a la de sus familias. Vivir o morir parece ser la cuestión de algunos nacionalistas respecto de los que no lo son.

No sé como encajaría el Presidente Ibarretxe, que cientos de estos ciudadanos acudieran al Tribunal de Estrasburgo, a denunciarle a él y a su gobierno, por no garantizar derechos humanos tan fundamentales como la vida misma, en sus tierras. Creo personalmente, que lo encajaría mal…, pero esa señor Ibarretxe, es la cruda realidad.