Treinta años y dos meses

Ese es justo el tiempo que hace que vivimos en democracia en España. La celebración oficial fue, concretamente, el pasado día 15 de junio. El Congreso de los Diputados españolHace pues 30 años, en las primeras elecciones libres que celebráramos tras la dictadura de Franco, los resultados demostraron el gusto o la necesidad de los españoles por una especie de equilibrio entre el centro- derecha, y la izquierda, y más concretamente dentro de la izquierda, por el predominio de los socialistas frente a los comunistas. Se cerraba de esta forma,  la dialéctica de dos Españas ”irreconciliables” resultado de nuestra lamentable y dolorosa Guerra Civil y comenzaba nuestro camino hacia la democracia, un camino que vino a llamarse: La Transición

Muchos alegan, no digo que no les falte razón, que las elecciones de hace 30 años fueron convocadas por un partido que partía con “ventaja”. Estaba en el poder por designio previo del Rey Juan Carlos – que nombró a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno – y por ende,  que al Rey le había designado el propio Franco. Sin embargo, creo que esta “mancha” de origen, queda limpia y reluciente, por el resultado tan favorable que se ha obtenido con el paso de los años. No sé si una opción totalmente rupturista en aquel entonces, hubiera permitido avanzar, la verdad.

En general, celebramos 30 años de conquistas, de modernización, de enormes mejoras en ámbitos como la política, la sociedad, y la economía. Hemos disfrutado consciente y profundamente de libertades y derechos. Han sido 30 años de democracia y de progreso.

Con una Constitución, la de 1978, consensuada entre las distintas “sensibilidades” de nuestro país de entonces, y con un sistema político erigido sobre Derechos y Libertades elementales que durante más de cuarenta años de dictadura Franquista no se pudieron disfrutar, España ha ido caminando por dentro, y por fuera – ante el mundo –, como un país democrático y libre.

Una España diversa, descentralizada, con una pluralidad de poderes que gobiernan nación, autonomías, ciudades, pueblos… Una España que regresó a Europa entonces, y de la que actualmente forma parte con pleno derecho. Una España que se reintegró en la Comunidad Internacional con gran esfuerzo y que mantiene ante ella hoy en día, una voz propia y digna.

Y aquí estamos, treinta años y dos meses después, navegando entre las olas y posibles tsunamis de una gran crisis económica, con problemas que parecen irresolubles tales como el terrorismo de ETA, con nuevos retos como la masiva inmigración ilegal, y hasta con voces críticas que empiezan a asomar para reivindicar una nueva forma de Estado, cambios en la Constitución, o incluso referéndums independentistas (País Vasco).

De la crisis económica, sinceramente… el Gobierno habla “tarde, mal y nunca”, como decimos los españoles cuando nos referimos a algo que o no se aborda, o se está abordando mal. Del terrorismo de ETA, y tras frustrados intentos de negociación por parte del Gobierno con la crítica feroz de la Oposición, hemos vuelto unificador mensaje de “todos unidos contra la violencia”, y de nuevas formas de territorialidad, o de financiación de las autonomías, estamos hablando justo ahora en el Parlamento, ya veremos cómo acabamos.

Han ocurrido muchas cosas en estos treinta años y dos meses, pero lo ocurrido es historia, nuestra Historia, si… pero Historia que ya se escribió. Ahora queda otra mucho más importante por escribir, la de nuestro presente y nuestro futuro, que en estos momentos de grandes dificultades, confío que siga escribiéndose con la misma “buena letra”.

Isabel Rubio es madrileña, licenciada en Ciencias Políticas, y con experiencia profesional en áreas como marketing, Internet y las redes sociales. Tiene 43 años y está unida a la Argentina por tres años de residencia en Buenos Aires. Es colaboradora de Iruya.com desde agosto del 2008.